- Chapter 65 -

By Unknown - 19:29



{maratón 1/5}

Justin entró, amarrando la toalla alrededor de su cintura salpicada de agua, sonreí y le tendí el teléfono.
— Es para ti.
Me besó antes de mirar la pantalla, y luego negó con la cabeza. — ¿Si? Era mi novia, ¿Qué necesitas, Megan? —Escuchó por un momento para después sonreír— Bueno, ¿Qué te puedo decir? Pigeon es especial. —Luego de una larga pausa, rodó los ojos. Sólo me podía imaginar lo que ella estaba diciendo— No seas una perra, Megan. Escucha, no puedes llamarme más… Bueno, el amor hace eso. —dijo, mirándome cariñosamente— Sí, con ____. Es en serio Megan, no más llamadas… Hasta luego.
Lanzó el teléfono a la cama, y se sentó a mi lado. — Estaba un poco molesta. ¿Te dijo algo?
— No, solamente preguntó por ti.
— Borré los pocos números que tenía en mi teléfono, pero supongo que eso no les impide seguir llamándome. Si no lo averiguan por sí solas, yo se los aclaro.
Me miró con curiosidad, y no pude evitar sonreír. Nunca había visto este lado de él. — Confío en ti, ¿lo sabes?
Presionó sus labios con los míos. — No te culparía si esperas que me gane tu confianza.
— Tengo que ir a la ducha. Ya me perdí una clase.
— ¿Ves? Ya estoy siendo una buena influencia.
Me levanté, y él tiró de la sabana. — Megan dijo que este fin de semana va haber una fiesta de Halloween en The Red Door. Fui con ella el año pasado, estuvo divertido.
— Estoy segura de ello. —dije, levantando una ceja.
— Sólo digo que hubo bastante gente. Tienen torneos en la piscina y bebidas baratas… ¿Quieres ir?
— En realidad no soy… No soy de las que se disfrazan. Nunca lo he sido.
— Yo tampoco, simplemente voy. —Se encogió de hombros.
— ¿Todavía vamos a los bolos esta noche? —Pregunté, cuestionando si la invitación era sólo una excusa para pasar tiempo a solas conmigo, lo cual ya no era necesario.
— ¡Claro que sí! ¡Y te voy a patear el trasero, también!
— No esta vez. Tengo un nuevo súper poder.
Se rió. — ¿Y cuál es? ¿Lenguaje rudo?
Me incliné para besar su cuello, luego moví mi lengua hasta su oreja, besando su lóbulo. Se congeló en su lugar.— La distracción. —Murmuré en su oído. Agarró mis brazos y me empujó sobre mi espalda.
— Vas a perderte otra clase.

Finalmente, luego de convencerlo de abandonar el apartamento a tiempo de ir a la clase de Historia, corrimos al campus y nos deslizamos en nuestros asientos justo cuando el profesor Cheney comenzaba. Justin volteó su gorra de béisbol hacia atrás y plantó un beso en mis labios, justo en frente de todos. En el camino hacia la cafetería, sostuvo mi mano con la suya, entrelazando nuestros dedos mientras caminábamos. Se veía tan orgulloso de sostener mi mano, anunciándole al mundo que finalmente estábamos juntos. Brody lo notó, miró hacia nuestras manos y me mostró una ridícula sonrisa. Él no fue el único, nuestra simple muestra de cariño provocó miradas y murmullos de las personas mientras íbamos pasando.

En la puerta de la cafetería, Justin inhaló su cigarro una última vez y me miró, notando mi desconfianza. Carly < y Chris ya estaban dentro, y Brody había encendido otro cigarro, dejándonos a mí y Justin solos al entrar. Estaba segura que el rumor había alcanzado todo un nuevo nivel al momento en que Justin me besó en plena vista de todos en la clase de Historia, y mi miedo de entrar a la cafetería no me abandonaba.
— ¿Qué sucede, Pigeon? —Preguntó, jalando de mi mano.
— Todos nos están mirando.
Llevó mis manos a su boca y besó mis dedos. — Se les va a pasar. Solamente es el shock inicial. ¿Recuerdas cuando empezamos a salir juntos? Su curiosidad murió luego de un tiempo, y se acostumbraron a vernos juntos. Vamos. —dijo, y me jaló hacia adentro. Una de las razones por la cual escogí Eastern U fue por su modesta población, pero el desesperado interés por escándalos que venía con ello era extenuante a veces. Era un completo chiste; todos eran consientes de cuan ridículo era el rumor, pero aun así, todos participaban en él.
Nos sentamos con nuestra comida en los lugares de siempre. Carly me dio una sonrisa intuitiva. Ella conversó como si todo estuviera normal, pero los jugadores de fútbol en la otra punta de la mesa me miraban como si me estuviera quemando. Justin golpeó mi manzana con su cubierto. — ¿Vas a comerte eso, Pidge?
— No, puedes tenerla, bebé.
Mis orejas ardieron cuando la cabeza de Carly se giró bruscamente para verme.
— Simplemente salió. —dije, sacudiendo la cabeza. Miré a Justin, y su expresión era una mezcla entre amor y diversión. Habíamos utilizado ese término unas cuantas veces esa mañana, y no se me ocurrió que era nuevo para todos los demás hasta que salió de mi boca.
— Acaban de alcanzar el nivel de irritantemente lindo. —Carly sonrió.
Chris tocó mi hombro, — ¿Te quedarás esta noche? —Preguntó, sus palabras se mezclaban con el pan en su boca— Prometo no salir de mi cuarto a insultarte.

— Estabas defendiendo mi honor, Chris. Estás perdonado. —dije.

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