- Chapter 56 -

By Unknown - 10:58



— Tenemos que hablar —dijo Drake, parecía nervioso. Miré hacia Carly, Justin, y luego a Drake— ¿Por favor? —Preguntó, metiendo las manos en sus bolsillos. Asentí con la cabeza, siguiéndolo afuera. Pasó por las ventanas hacia la privacidad del otro lado del edificio. — No quería atraer la atención hacia ti otra vez. Sé cuánto odias eso.
— Entonces, simplemente deberías haberme llamado si quieras hablar —dije.
Asintió, mirando el suelo. — No era mi intención encontrarte en la cafetería. Vi la conmoción, y después a ti, y me acerqué. Lo siento. —Esperé, y él habló otra vez— No sé qué pasó contigo y Justin. No es asunto mío… tú y yo sólo hemos tenido un par de citas. Estaba enojado al principio, pero entonces me di cuenta de que no me hubiera molestado si no sintiera algo por ti.
— No dormí con él, Drake. Él sostuvo mi cabello mientras lanzaba medio litro de Petron en su inodoro. Eso es a lo más romántico que llegó.
Se rió una vez. — No creo que hayamos tenido una oportunidad justa… no contigo viviendo con Justin. La verdad es, ____, me gustas. No sé qué es, pero parece que no puedo dejar de pensar en ti. —Sonreí y tomó mi mano, pasando sus dedos sobre mi brazalete—. Probablemente te asusté con este ridículo regalo, pero nunca he estado en esta situación antes. Siento como si estuviera constantemente compitiendo con Justin por tu atención.
— No me asustaste con el brazalete.
Él apretó los labios. — Me gustaría que salgamos otra vez en un par de semanas, después de que terminé tu mes con Justin. Entonces podemos concentrarnos en llegar a conocernos sin la distracción.
— Me parece justo.
Se inclinó hacia abajo y cerró los ojos, presionando sus labios contra los míos. — Te llamaré pronto. Lo despedí con la mano, y luego volví a la cafetería, pasando a Justin. Él me agarró, empujándome a su regazo. — ¿Romper es tan difícil de hacer?
— Él quiere volver a intentarlo cuando vuelva a Morgan.
— Mierda, voy a tener que pensar en otra apuesta—dijo, poniendo mi plato frente a mí.

Las dos siguientes semanas volaron. Aparte de las clases, pasé cada momento despierta con Justin, y la mayoría del tiempo lo pasamos solos. Me llevó a cenar, por tragos y a bailar al Red, a los bolos, y fue llamado a dos peleas. Cuando no estábamos riéndonos de nuestras tonterías, estábamos jugando a la lucha libre, o acurrucados en el sofá con Toto, mirando una película. Él hizo un punto por ignorar a cada chica que bateó sus pestañas, y todo el mundo hablaba del nuevo Justin. Mi última noche en el apartamento, Carly y Chris estaban inexplicablemente ausentes, y Justin elaboró una cena especial de Última Noche. Compró vino, puso servilletas, e incluso trajo a casa cubiertos de plata nuevos para la ocasión. Ubicó nuestros platos en la barra del desayuno y puso su silla al otro lado para sentarse enfrente de mí. Por primera vez, tuve la clara sensación de que estábamos en una cita. — Esto es muy bueno, Justin. Me lo has estado ocultando —dije mientras masticaba la pasta de pollo Cajún que él había preparado. Forzó una sonrisa, y pude ver que estaba trabajando duro para mantener la conversación ligera. — Si te lo hubiera dicho antes, lo hubieras esperado todas las noches. —Su sonrisa se desvaneció, y sus ojos cayeron a la mesa.
Jugué con la comida en mi plato. — Yo también voy a extrañarte, Justin.
— Vas a seguir viniendo, ¿verdad?
— Sabes que lo haré. Y tú estarás en Morgan, ayudándome a estudiar, justo como hiciste antes.
— Pero no va a ser lo mismo —suspiró— Estarás saliendo con Drake, vamos a estar ocupados… iremos en direcciones diferentes.
— No va a cambiar tanto.
Logró una sola risa. — ¿Quién hubiera pensado en esa primera vez que nos vimos que estaríamos sentados aquí? No podrías haberme dicho, hace tres meses, que yo estaría así de miserable al decirle adiós a una chica.
Mi estómago se hundió. — No quiero que seas miserable.
— Entonces no te vayas —dijo. Su expresión era tan desesperada que la culpa formó un nudo en mi garganta.
— No puedo mudarme aquí, Justin. Es una locura.
— ¿Quién lo dice? Acabo de tener las dos mejores semanas de mi vida.
— Yo también.
— ¿Entonces por qué siento como si nunca fuera a volver a verte?
Yo no tenía una respuesta. Su mandíbula se tensó, pero no él no estaba enojado. La urgencia de ir hacia él creció insistente, así que me paré y caminé alrededor de la barra, sentándome en su regazo. Él no me miró, así que abracé su cuello, presionando mi mejilla contra la suya.
— Te vas a dar cuenta del dolor en el trasero que soy, y entonces, olvidarás todo sobre extrañarme —dije en su oído. Resopló una bocanada de aire mientras frotaba mi espalda. — ¿Lo prometes?
Me incliné hacia atrás y miré en sus ojos, tocando cada lado de su cara con mis manos. Acaricié su mandíbula con mi pulgar; su expresión era desgarradora. Cerré mis ojos y me incliné para besar la comisura de sus labios, pero él se giró para que atrapara más de sus labios de lo que yo había intentado. Incluso cuando el beso me sorprendió, no me alejé de inmediato. Justin mantuvo sus labios en los míos, pero no lo llevó más lejos. Finalmente me alejé, jugando con una sonrisa. — Tengo un día pesado mañana. Voy a limpiar la cocina, y después me voy a ir a la cama.
— Te ayudo —dijo él.

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