- Chapter 43 -

By Unknown - 17:40




— Qué mal. Estabas dispuesto a matar a Drake por la misma razón hace veinte minutos, así que no seas un hipócrita.
— Al diablo con Drake. Él no te conoce como yo.
— Anda, Justin. Vamos a quitarte la ropa y meterte a la cama.
— De eso es de lo que estoy hablando. —rió entre dientes.
— ¿Cuánto has bebido? —pregunté, consiguiendo finalmente poner mi pie entre sus piernas.
— Lo suficiente. —sonrió, tirando del dobladillo de mi vestido.
— Probablemente superaste lo suficiente hace mucho, —le dije, dándole una palmada en la mano. Coloqué mi rodilla en el colchón junto a él y tirando de su camisa sobre su cabeza. Intentó tomarme otra vez pero lo agarré de la muñeca, oliendo el hedor de acre en el aire— Dios, Justin, apestas a Jack Daniels. 
— Jim Beam—corrigió con una inclinación ebria.
— Huele a madera quemada y productos químicos.
— Sabe así, también. —dijo riendo. Abrí la hebilla de su cinturón y tiré de los bucles. Se echó a reír con las sacudidas del movimiento y luego levantó la cabeza para mirarme— Es mejor que cuides tu virginidad, Pidge. Sabes que me gusta duro.
— Cállate. —dije, desabrochándole los pantalones vaqueros, deslizándolos hacia abajo sobre sus caderas y luego sus piernas. Tiré los vaqueros al suelo y me paré con las manos en mis caderas, mi respiración era dificultosa. Sus piernas estaban colgando de la cama, sus ojos cerrados y su respiración profunda y pesada. Se había quedado dormido.

Tomé una respiración profunda y caminé al armario. Sacudiendo mi cabeza mientras revolvía la ropa. Abrí la cremallera del vestido y lo empujé hacia abajo sobre mis caderas, dejándolo caer hasta los tobillos. Lo pateé a la esquina, deshice la cola de caballo, sacudiendo el pelo. El armario estaba lleno de su ropa y la mía, solté una respiración, soplando mi cabello fuera de mi rostro mientras buscaba a través del desorden por una camiseta. Mientras que retiraba una de la percha, Justin se estrelló contra mi espalda, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura.
— ¡Me asustaste hasta la mierda! —Me quejé.
Deslizó sus manos sobre mi piel. Me di cuenta de que se sentían diferentes; lentos y pausados. Cerré los ojos cuando tiró de mí contra él y enterró su cara en mi pelo, acariciando mi cuello. El sentir su piel desnuda contra la mía, hizo que me tomara un momento para protestar.
— Justin…
Tiró de mi pelo a un lado y rozó sus labios a lo largo de mi espalda, de un hombro a otro, soltando el broche de mi sujetador. Besó la piel desnuda en la base de mi cuello y cerré los ojos, la cálida suavidad de su boca se sentía demasiado bien para detenerlo. Un silencioso gemido escapó de su garganta cuando él apretó su pelvis contra la mía, y pude sentir lo mucho que me deseaba a través de sus bóxers. Contuve la respiración, sabiendo que lo único que nos mantenía de ese gran paso que hace momentos estaba en contra eran sólo dos piezas de tela delgada.

Justin me volvió hacia él y luego presionó contra mí, inclinando mi espalda contra la pared. Nuestros ojos se encontraron, y pude ver el dolor en su expresión mientras analizaba mi piel desnuda. Lo había visto persuadir a las mujeres, pero esto era diferente. Él no me quería conquistar; él quería que le dijera que sí. Se inclinó para besarme, deteniéndose a tan sólo una pulgada de distancia. Podía sentir el calor radiando de su piel contra mis labios, y tuve que detenerme a mí misma de atraerlo el resto del camino. Sus dedos se clavaron en mi piel mientras él deliberaba, y luego sus manos se deslizaron desde mi espalda hasta el dobladillo de mi ropa interior. Su dedo índice se deslizó por mis caderas, entre mi piel y el tejido de encaje, y en el momento en que estaba a punto de tirar hacia abajo los delicados hilos, dudó. Justo cuando abrí la boca para decir sí, cerró los ojos.
— No así. —susurró, rozando sus labios contra los míos— Te deseo, pero no sucederá así.
Se tambaleó hacia atrás, cayendo sobre su espalda en la cama, y yo me quedé por un momento con los brazos cruzados a través de mi estómago. Cuando su respiración se reguló, metí mis brazos a través de la camisa que aún tenía en la mano y tiré de ella sobre mi cabeza. Justin no se movió y dejé escapar una respiración de alivio, sabiendo que no podría contenernos a cualquiera de nosotros si él se despertaba con una menos honorable perspectiva.

Me apresuré al sillón reclinable y me desplomé en él, cubriendo mi cara con mis manos. Sentí las capas de frustración danzando de un lado a otro para luego estrellarse en sí dentro de mí. Drake se había ido sintiéndose menospreciado, Justin esperó hasta que yo estaba viendo a alguien—alguien quien realmente me gustaba—para mostrar un interés en mí y yo parecía ser la única chica con la cual no era capaz de dormir, incluso, cuando estaba ebrio.

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