- Chapter 59 -

By Unknown - 11:02


— ¿Carly? —Respondió Justin, su voz llena de preocupación.
— Soy yo.
La línea estuvo en silencio por varios minutos antes de que finalmente hablara. — ¿Qué mierda pasó contigo anoche? Me desperté esta mañana, y no estabas y tú… ¿sólo te fuiste y no dijiste adiós? ¿Por qué?
— Lo siento. Yo…
— ¿Lo sientes? ¡Te has vuelto loca! No contestas tu teléfono, te escapaste y, qué… ¿por qué? ¡Pensé que finalmente teníamos todo resuelto!
— Sólo necesitaba algo de tiempo para pensar.
— ¿Sobre qué? — Hizo una pausa— ¿Te lastimé?
— ¡No! ¡No es nada por el estilo! En verdad… en verdad lo siento. Estoy segura que Carly te lo dijo. Yo no me despido.
— Tengo que verte —dijo, su voz desesperada.
Suspiré. — Tengo mucho que hacer hoy, Justin. Tengo que desempacar y tengo pilas de ropa que lavar.
— Te arrepientes —dijo él, su voz rota.
— No es… no es eso. Somos amigos. Eso no va a cambiar.
— ¿Amigos? ¿Entonces qué mierda fue anoche? —dijo, la ira fluyendo a través de su voz.
Cerré mis ojos fuertemente. — Sé lo que quieres. Yo simplemente no puedo… hacer eso ahora mismo.
— ¿Así que sólo necesitas tiempo? —preguntó con una voz más calmada— Podrías haberme dicho eso. No tenías que escaparte de mí.
— Sólo parecía la forma más fácil.
— ¿La más fácil para quién?
— No podía dormir. Seguía pensando en cómo sería en la mañana, cargando el auto de Carly y… no pude hacerlo, Justin—dije.
— Ya es suficientemente malo que no vas a estar más aquí. No puedes simplemente salir de mi vida.
Forcé una sonrisa. — Te veré mañana. No quiero que las cosas estén raras, ¿de acuerdo? Sólo necesito solucionar algunas cosas. Eso es todo.
— Está bien —dijo— Puedo hacer eso. —Terminé la llamada y Carly me miró fijamente. — ¿DORMISTE con él? ¡Perra! ¿Ibas a decírmelo siquiera?
Rodé mis ojos y caí contra la almohada. — Esto no es sobre ti, Carly. Esto sólo se convirtió en un complicado desastre.
— ¿Qué tiene de complicado? ¡Ustedes dos deberían estar delirantemente felices, no rompiendo puertas y escondiéndose en sus cuartos!
— No puedo estar con él —susurré, manteniendo mis ojos en el techo. Su mano cubrió la mía, y habló suavemente. — Justin necesita trabajar. Créeme, entiendo cada una de las reservas que tienes sobre él, pero mira cuánto ha cambiado por ti hasta ahora. Piensa en las últimas dos semanas, ____. Él no es Mick.
— ¡Yo soy Mick! Me involucré con Justin y todo por lo que hemos trabajado… ¡poof! —Troné mis dedos— ¡Justo así!
— Justin no dejará que eso pase.
— No depende de él, ¿no es así?
— Vas a romper su corazón, ____. ¡Vas a romper su corazón! La única chica en la que confía lo suficiente como para enamorarse, ¡Y vas a clavarlo a la pared!
Me giré lejos de ella, incapaz de ver la expresión que iba con el tono de súplica en su voz. — Necesito el final feliz. Por eso vinimos aquí.
— No tienes que hacer esto. Podría funcionar.
— Hasta que mi suerte se esfume.
Carly levantó sus manos, dejándolas caer en su regazo. — Jesús, ____, no empieces con esa mierda otra vez. Ya hablamos sobre esto.
Mi teléfono sonó, y miré la pantalla. — Es Drake.
Ella negó con la cabeza. — Todavía estamos hablando.
— ¿Hola? —Respondí, evitando la mirada de Carly.
— ¡___*! ¡Día uno de libertad! ¿Cómo se siente? —dijo.
— Se siente… libre —dije, incapaz de reunir un poco de entusiasmo.
— ¿Cena mañana en la noche? Te he extrañado.
— Sí —me limpié la nariz con mi manga— Mañana es genial.
Después de colgar el teléfono, Carly frunció el ceño. — Él va a preguntarme cuando regrese —dijo ella— Va a querer saber de qué hablamos. ¿Qué se supone que le diré?
— Dile que voy a mantener mi promesa. Para a esta hora mañana, él no me extrañará.

Dos mesas más atrás, una mesa del fondo. Carly y Chris apenas eran visibles desde mi asiento, y yo encorvada, miraba fijamente hacia Justin quien miraba la silla vacía que yo solía ocupar antes de sentarse en el extremo de la mesa. Me sentía ridícula por esconderme, pero no estaba preparada para sentarme frente a él por una hora entera. Cuando terminé mi comida, tomé una respiración profunda y salí afuera donde Justin estaba terminando su cigarrillo. Me había pasado toda la noche tratando de formar un plan para volver a comenzar donde estábamos antes. Si yo trataba nuestro encuentro de la manera que él consideraba el sexo en general, podría tener una buena oportunidad. En el plan corría el riesgo de perderlo, pero esperaba que su enorme ego masculino lo obligara a jugar de la misma manera. — Hey —le sonreí.
Hizo una mueca. — Hey. Pensé que estabas en el almuerzo.
— Tuve que entrar y salir rápido, tengo que estudiar. —me encogí de hombros, haciendo mi mejor esfuerzo por parecer casual.
— ¿Necesitas ayuda?
— Es Cálculo. Creo que puedo manejarlo.
— Puedo simplemente ofrecerte apoyo moral —sonrió, hundiendo su mano en el bolsillo. Los músculos sólidos en su brazo se tensaron con el movimiento, y el recuerdo de su flexión cuando se impulsaba en mi interior se repitió con gran detalle en mi cabeza.
— Er... ¿Qué? —Pregunté, desorientada por el repentino pensamiento erótico que había brillado en mi mente.
— ¿Se supone que debemos pretender que la otra noche nunca sucedió?
— No, ¿Por qué? —Fingí confusión y él suspiró, frustrado por mi comportamiento.
— No sé... ¿Por qué tomé tu virginidad? —Se inclinó hacia mí, diciendo las palabras en voz baja.
Rodé los ojos. — Estoy segura de que no es la primera vez que desfloras una virgen, Justin.

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