- Chapter 39 -

By Unknown - 22:06



Justin se quedó en sus bóxers y se sentó de espaldas a mí. Un poco desplomado, parecía estar agotado. Los músculos de su espalda se extendieron cuando él lo hizo, él me miró por un momento. — Si pasaron un buen rato, ¿por qué estás en casa tan temprano?
— Él tiene un examen el lunes.
Justin arrugó la nariz. — ¿A quién le importa?
— Él está tratando de entrar a Harvard. Tiene que estudiar.
Él resopló, arrastrándose sobre su estómago. Lo observé meter las manos debajo de la almohada, parecía irritado. — Sí, eso es lo que sigue diciéndole a todo mundo.
— No seas aguafiestas. Él tiene sus prioridades… Creo que es responsable.
— ¿No debería su chica ser una de sus prioridades?
— No soy su chica. Hemos salido sola una vez, Justin. —lo regañé.
— Entonces, ¿Qué son? —Le lancé una mirada sucia y él se echó a reír— ¿Qué? ¡Tengo curiosidad!
Al ver que estaba siendo sincero, le describí todo, desde el restaurante, la comida hasta las dulces y divertidas cosas que dijo Drake. Sabía que mi boca estaba congelada en una sonrisa ridícula, pero no podía dejar de sonreír mientras describía mi perfecta noche. Justin me miraba con una sonrisa divertida mientras yo borboteaba, incluso haciendo preguntas. A pesar de que él parecía frustrado con la situación de Drake, tuve la clara sensación de que disfrutaba verme feliz. Justin se recostó en su lado de la cama y yo bostecé. Nos miramos el uno al otro por un momento antes de que él suspirara. — Me alegro de que lo hayas pasado bien, Pidge. Te lo mereces.
— Gracias. —sonreí. El tono de mi teléfono celular reverberó en la mesa de noche y me estiré para mirar la pantalla.
— ¿Hola?
— Ya es mañana. —dijo Drake. Miré el reloj y me eché a reír. Eran las doce y un minuto.
— Ya lo es.
— Entonces, ¿qué opinas sobre el lunes por la noche? —Preguntó.
Me tapé la boca por un momento y luego tomé una respiración profunda. — Eh, sí. El lunes por la noche suena genial.
— Bien. Nos vemos el lunes. —dijo. Podía oír la sonrisa en su voz.
Colgué el teléfono y miré a Justin, quien observaba con leve molestia. Me aparté de él y me hice un ovillo, tensa de la emoción.
— Eres tan empalagosa. —dijo Justin, dándome la espalda. Puse los ojos en blanco y suspiré.
Se dio la vuelta, tirando de mí hacia él. — ¿En verdad te gusta Parker?
— ¡No lo arruines, Justin!
Me miró por un momento y luego negó con la cabeza, dándose la vuelta una vez más. — Drake Harris —suspiró.

La cita por la noche superó todas mis expectativas. Comimos comida china mientras yo reía ante las habilidades de Drake con los palillos. Cuando él me llevó a casa, Justin abrió antes de que pudiera darme un beso. Cuando salimos el miércoles por la noche, Drake se aseguró de besarme en el coche.

El jueves durante el almuerzo, Drake me encontró en la cafetería y sorprendió a todos cuando se sentó en el lugar de Justin. Cuando Justin terminó su cigarrillo y entró, caminó pasando a Drake con indiferencia, sentándose al final de la mesa. Megan se acercó a él, pero se mostró decepcionada cuando él la despidió con la mano. Después de eso, todos en la mesa estaban en silencio y me resultaba difícil concentrarme en cualquier cosa que Drake decía. — Asumo que no estaba invitado —dijo Drake, capturando mi atención.
— ¿Qué?
— He oído que tu fiesta de cumpleaños es el domingo. ¿No estoy invitado?
Carolyn miró a Justin, quien miró a Drake, como si estuviera a punto de arrancarle la cabeza.
— Era una fiesta sorpresa, Drake. —dijo Carolyn en voz baja.
— Oh. —dijo Drake, encogiéndose.
— ¿Me estás dando una fiesta sorpresa? —Le pregunté a Carolyn.
Ella se encogió de hombros. — La idea fue de Justin. Es en el domingo. Seis de la tarde.
Las mejillas de Drake se tornaron de un rojo tenue. — Supongo que ahora realmente no estoy invitado.
— ¡No! ¡Por supuesto que lo estás! —dije, sosteniendo su mano por encima de la mesa. Doce pares de ojos se centraron en nuestras manos. Pude notar que Drake estaba tan incómodo con la atención al igual que yo, así que retiré mi mano. Drake se puso de pie. — Tengo algunas cosas que hacer antes de clases. Te llamaré más tarde.
— Está bien. —dije, ofreciéndole una sonrisa de disculpa.

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