- Chapter 60 -

By Unknown - 11:04



Tal como me temía, mi conducta despreocupada lo hizo enojar. — De hecho, lo fue.
— Vamos... Te dije que no quería ningún tipo de rareza entre nosotros.
Justin tomó una última calada de su cigarrillo y lo arrojó al suelo. — Bueno, si he aprendido algo en los últimos días, es que no siempre se consigue lo que se quiere.
— Hey, ___*—dijo Drake, besando mi mejilla. Justin fulminó a Drake con una mirada asesina. 
— ¿Paso por ti a las seis? —dijo Drake.
Asentí con la cabeza. — A las seis.
— Nos vemos en un rato —dijo, continuando hacia la clase. Lo vi alejarse, con miedo a sufrir las consecuencias de los últimos diez segundos.
— ¿Vas a salir con él esta noche? —Demandó Justin, su mandíbula notoriamente apretada bajo la piel.
— Te dije que me iba a invitar a salir después de mi regreso de Morgan. Me llamó ayer.
— Las cosas han cambiado un poco desde esa conversación, ¿no crees?
— ¿Por qué?
Se alejó de mí, y tragué pesado tratando de contener las lágrimas en su lugar. Jusitn se detuvo y se volvió hacia mí, leyendo mi cara. — ¡Es por eso que dijiste que no te echaría de menos más tarde! Sabías que iba a averiguar sobre Drake y tú, y pensaste que... ¿qué? ¿Qué me olvidaría de ti? ¿No confías en mí, o no soy lo suficientemente bueno? Dime, ¡maldita sea! ¡Dime qué *beep* te hice para que hicieras esto!
Me mantuve firme, mirándolo fijamente a los ojos. — No hiciste nada. ¿Desde cuándo el sexo es de vida o muerte para ti?
— ¡Desde que es contigo!
Miré a mi alrededor, al ver que estábamos haciendo una escena. La gente caminaba lentamente, mirando y murmurando entre sí. Sentí que mis orejas ardían, y se extendía por todo mi rostro, haciendo de mis ojos agua. Él cerró los ojos, tratando de recobrar la compostura antes de hablar otra vez. — ¿Es eso? ¿No crees que significó algo para mí?
— Tú eres Justin Bieber.
Negó con su cabeza, disgustado. — Si no supiera mejor, pensaría que me estás echando mi pasado en cara.
— No creo que cuatro semanas constituyan el pasado. —Su rostro se desfiguró y yo me reí— ¡Estoy bromeando! Justin, está bien. Estoy bien, estás bien. No hay necesidad de hacer una gran cosa de esto.
Toda la emoción desapareció de su rostro y respiró hondo por la nariz. — Sé lo que estás tratando de hacer. —Sus ojos se desenfocaron por un momento, perdido en sus pensamientos— Voy a tener que probártelo, entonces. —Sus ojos se entrecerraron mientras miraba los míos, decidido como estaba antes de una de sus peleas— Si piensas que voy a volver a joder a quién se ponga en frente, estás equivocada. No quiero a nadie más. ¿Quieres que seamos amigos? Bien, seamos amigos. Pero tú y yo sabemos que lo que pasó no fue sólo sexo. —Pasó delante de mí y yo cerré los ojos, exhalando el aliento que no sabía que había retenido. Justin me lanzó una mirada, y luego continuó a su próxima clase. Una lágrima se escapó por mi mejilla y rápidamente la sequé. Tenía las miradas curiosas de mis compañeros de clase sobre mi espalda mientras avanzaba hacia la clase. Drake estaba en la segunda fila, y me deslicé al puesto junto a él. Una sonrisa se extendió por su cara. — Estoy deseando que llegue esta noche.
Tomé aire y sonreí, tratando de cambiar el ánimo que quedó por mi conversación con Justin.— ¿Cuál es el plan?
— Bueno, ya estoy instalado en mi apartamento. Pensé que podríamos cenar allí.
— También estoy deseando que llegue esta noche. —dije, tratando de convencerme a mí misma.

Con la negativa de Carly para ayudarme, Khloe fue la renuente elegida a ayudarme a escoger un vestido para mi cita con Drake. Tan pronto como lo puse sobre mi cabeza, me lo arranqué, poniéndome un par de vaqueros en su lugar. Después de pensar en mi fallido plan toda la tarde, no tenía cabeza para vestirme. Teniendo el clima fresco en mente, me puse un delgado suéter cachemira de color marfil sobre una camiseta marrón, y esperé en la puerta. Cuando el brillante Porsche de Drake se detuvo delante de Morgan, me abrí paso hacia afuera antes de que tuviera tiempo para entrar.
— Iba a ir a buscarte. —dijo, decepcionado mientras abría la puerta.
— Entonces, te ahorré un viaje. —le dije, abrochándome el cinturón de seguridad.
Se deslizó a mi lado y se inclinó, tocando cada lado de mi cara, dándome un suave beso en los labios. — Whoa —respiró— He echado de menos tu boca.
Su aliento sabía a menta, su perfume olía increíble, sus manos eran cálidas y suaves, y se veía fantástico en sus pantalones vaqueros y una camisa verde, pero no podía evitar la sensación de que algo faltaba. Esa emoción que había en un principio estaba notablemente ausente, y en silencio maldije a Justin por quitarme esa sensación. Forcé una sonrisa. — Voy a tomar eso como un cumplido.

Su apartamento era exactamente como lo había imaginado: Inmaculado, con costosos artículos electrónicos en todos los rincones, y muy probablemente decorado por su madre.
— ¿Y? ¿Qué piensas? —dijo, sonriendo como un niño presumiendo un juguete nuevo.
— Es fantástico. —asentí con la cabeza. Su expresión cambió de lúdica a profunda, y me tomó en sus brazos, besando mi cuello. Cada músculo de mi cuerpo se tensó. Quería estar en cualquier otro lugar menos en ese apartamento. Mi celular sonó, y le ofrecí una sonrisa de disculpa antes de contestar.
— ¿Cómo va todo, Pidge?
Le di la espalda a Drake y susurré en el teléfono. — ¿Qué es lo que quieres, Justin? —Traté de hacer mi tono severo, pero fue suavizado por mi alivio al escuchar su voz.
— Quiero ir a los bolos mañana. Necesito mi pareja.
— ¿Bolos? ¿No me podrías haber llamado más tarde? —Me sentí como una hipócrita por decir esas palabras, sabiendo que yo había esperado una excusa para mantener los labios de Drake lejos de mí.
— ¿Cómo voy a adivinar cuándo hayas terminado? Oh. Eso no salió bien... —su voz se fue apagando, junto a su diversión.
— Te llamo mañana y podemos hablar de ello, ¿De acuerdo?
— No, no está bien. Has dicho que quieres que seamos amigos, pero ¿no podemos pasar el rato? —Rodé mis ojos, y Justin resopló.
— No ruedes los ojos. ¿Vendrás o no?
— ¿Cómo sabes que rodé los ojos? ¿Me estás acechando? —pregunté, notando las cortinas cerradas.
— Siempre ruedas los ojos. ¿Sí? ¿No? Estás perdiendo tiempo precioso de tu cita.
Me conocía tan bien. Luché contra el impulso de pedirle que me recogiera en ese momento. No pude evitar sonreír ante la idea.
— ¡Sí! —dije en voz baja, tratando de no reírme— Voy a ir.
— Te recogeré a las siete.
Me volví hacia Drake, sonriendo como el gato Cheshire. —¿Justin? —preguntó con una expresión de certeza.
— Sí —fruncí el ceño, atrapada.
— ¿Siguen siendo sólo amigos?
— Seguimos siendo sólo amigos. —asentí con la cabeza una vez.

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