- Chapter 33 -

By Unknown - 11:57



— Adelante. —dije, escuchando un golpe en la puerta.
Justin entró y se quedó inmóvil en la puerta. — Vaya.
Sonreí y miré mi vestido. Era una falda corta, era sin duda más atrevido de lo que había llevado en el pasado. El material era delgado y negro. Drake estaría en esa fiesta y yo tenía toda la intención de que me notara.
— Te ves increíble. —dijo mientras yo me ponía mis zapatillas. Le di un gesto de aprobación a su camisa blanca y pantalones vaqueros.
— Tú también te ves bien.
Sus mangas estaban enrolladas por encima de los codos, dejando al descubierto los intrincados tatuajes en sus antebrazos. Me di cuenta de que su brazalete favorito de cuero negro estaba alrededor de su muñeca cuando metió las manos en los bolsillos. Carolyn y Christian nos esperaban en la sala. — Drake se va a **** a sí mismo cuando te vea. —Carolyn rió mientras Christian dirigía el camino al coche.

Justin abrió la puerta y me deslicé en el asiento trasero del Charger de Christian. A pesar de que ambos habíamos ocupado ese asiento en innumerables ocasiones, de pronto fue incomodo estar sentada a su lado.
Los autos se alineaban en la calle, algunos incluso estaban estacionados sobre el césped. La Casa estaba a reventar y la gente aún seguía llegando caminando por la calle desde los dormitorios. Christian se estacionó sobre el césped en la parte posterior, Carolyn y yo seguimos a los chicos al interior.

Justin me trajo un vaso de plástico rojo lleno de cerveza y luego se inclinó para susurrar en mi oído. — No tomes nada de nadie que no sea Chris o yo. No quiero que nadie agregue algo en tu bebida.
Puse los ojos en blanco. — Nadie va a poner nada en mi bebida, Justin.
— Sólo no aceptes nada que no venga de mí, ¿De acuerdo? Ya no estás en Kansas, Pigeon.
— No había escuchado eso antes. —dije sarcásticamente, tomando un trajo.

Una hora y media pasó y Drake aún seguía sin aparecer. Carolyn y Christian bailaban una canción lenta en la sala cuando Justin tiró de mi mano. — ¿Quieres bailar?
— No gracias. —dije. Su cara se ensombreció. Toqué su hombro. —Estoy cansada, Justin.
Puso su mano sobre la mía y comenzó a hablar, pero cuando miré más allá de él, vi que Drake estaba caminando hacia nosotros. Justin se dio cuenta de mi expresión y volteó.
— ¡Hola, _____! ¡Viniste! —Sonrió Drake.
— Sí, hemos estado aquí desde una hora o algo así. —le dije, retirando mi mano del agarre de Justin.
— ¡Te ves increíble! —Gritó sobre la música.
— ¡Gracias! —Le sonreí, lanzándole una mirada a Justin. Sus labios estaban juntos y una línea se había formado entre sus cejas. Drake asintió con la cabeza hacia la sala y sonrió. — ¿Quieres bailar?
Arrugué mi nariz y sacudí la cabeza. — No, estoy un poco cansada.
Entonces, Drake miró a Justin. — Pensé que no vendrías.
— Cambié de opinión. —dijo Justin, irritado por tener que dar explicaciones.
— Ya veo. —dijo Drake, mirándome a mí— ¿Quieres ir a tomar un poco de aire fresco?
Asentí con la cabeza y luego seguí a Drake por las escaleras. Él se detuvo, tomando mi mano mientras subíamos al segundo piso.

Cuando llegamos a la parte superior, él abrió un par de puertas francesas hacia el balcón.
—  ¿Tienes frío? —Preguntó.
— Sólo un poco. —le dije, sonriendo cuando vi que él se quitó la chaqueta y cubrió mis hombros— Gracias.
— ¿Estás aquí con Justin?
— Viajamos juntos.
La cara de Drake se extendió en una amplia sonrisa y luego miró hacia el césped. Un grupo de chicas estaban agrupadas, con los brazos alrededor de ellas para combatir contra el frío. Papel crepe y latas de cerveza estaban sobre la hierba, junto a ellas botellas de licor vacías. Entre el alboroto, los hermanos Sig Tau estaban de pie alrededor de su obra maestra: una pirámide de barriles decorados con luces blancas.

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