Tu: quiero la verdad. No me voy a enfadar, ok?
Justin: me empiezas a asustar.
Tu: haya voy. Cuando me has hablado as soltado un pequeño grito y me has dicho que era porque te hiciste daño, y me he fijado cuando has caminado que ibas un poco cojo, pero a mi ese grito no me parecía de dolor… más bien de placer…
Justin: a ver… por donde empiezo…
Tu: te daré un ayuda, que tal por el principio?

Justin: te voy a contar mi historia con Sheila, y si puede ser no me interrumpas, por favor.
Tu: ok, soy toda oídos.
Justin: pues verás, ara ya casi un año que Sheila y yo empezamos a salir, como novios. Siempre habíamos sido amigos, y éramos casi como almas gemelas, entonces el año pasado mis sentimientos hacia ella comenzaron a cambiar, cuando la veía el corazón se me aceleraba, y a ella le pasaba lo mismo, entonces una noche yo decidí decirle lo que sentía, y ella me correspondió mi amor. Estuvimos juntos durante dos meses, aunque yo aún la quería, pero por todo lo de la gira y eso ella decidió que sería mejor terminar…
Tu: y… y tu aun la quieres? – esas palabras me dolieron cuando las pronuncié.
Justin: claro que la quiero, pero no como antes.
Tu: ajá, bueno ahora sígueme contando lo de hoy…
Justin: pues eso que te dije, fuimos a su casa, y allí estaban sus padres, entonces me invitaron a desayunar, y claro, accedí. Después de estar un rato con sus padres, ella y yo subimos a su cuarto, y cuando estábamos subiendo las escaleras me tropecé y me ice daño en el pie. Entonces ella fue al baño a buscar vendas mientras yo me quede en su cuarto.
Tu: entonces me mentiste cuando me dijiste que se te cayeron unos libros…
Justin: si, lo siento.
Tu: no pasa nada, sigue.
Justin: cuando ella entró a su cuarto yo estaba estirado en la cama, ya que me dolía apoyar el pie en el suelo, así que Sheila me vendó el pie. Después se tumbó a mi lado e empezamos a recordar cosas de cuando estuvimos juntos… y entonces ella me dijo de jugar al juego de “a que no te atreves a…”. Y empezó ella con: a que no te atreves a no presentarte a la playa, y yo claro que me atrevo, entonces por eso no me fui, de veras que lo siento.
Tu: tranquilo, no pasa nada. – dije mientras cogía su mano.
Justin: bueno seguimos jugando a eso, hasta que las “pruebas” empezaban a subir de tono… y ella dijo: a que no te atreves a que hagamos...
XXX: Chicos vamos a ir a la piscina, ya que hace calor, viene? – miré hacia la puerta y vi que era Ryan.
Tu: claro, recogemos los platos y vamos.
Ryan: les esperamos en el salón, apúrense.
Tu: ok. – ahora dirigiéndome a Justin. – Justin me lo sigues contando a la noche, ok?
Justin: está bien, pero prométeme que no te enfadaras conmigo.
Tu: te lo prometo. Te amo. – dicho eso me levanté y cogí mi plato y lo puse para lavar. Justin se levantó e hizo lo mismo.

Entonces salimos de la cocina cogidos de la mano y nos dirigimos al salón, donde nos esperaban los demás.

Chris: la parejita ya está lista? – yo solo asentí con una sonrisa.
Chaz: pues vámonos a la piscina.
Justin: y si vamos a la piscina de mi casa, es que ahora no me apetece ir a una publica, además ahí abran paparazis y todo eso…
Cait: si, mejor tu piscina.
Ryan: entonces TODOS para la house de Biebeeeer!

Después de las palabras de Ryan, todos cogimos nuestras cosas y nos dirigimos hacia casa de Justin. Cuando llegamos fueron directamente hacia la piscina, en cambio yo subí a cambiarme de bikini ya que llevaba el de Cait. Me di una pequeña ducha, ya sé que puede parecer tonto, ya que ahora me meteré en la piscina, pero a mí me gusta sentir el agua por mi cuerpo; cuando salí me puse un bikini rosa, y bajé. Todos estaban en el agua excepto Justin. La verdad es que desde que me empezó a contarme eso, está un poco raro… me acerqué a él y me senté a su lado.

Tu: hola mi amor. Como es que no te bañas?
Justin: - cogió mis manos y las entrelazo con sus dedos. – no tengo muchas ganas, además si me pongo a jugar y eso puede que me haga más daño en el pie…
Tu: pero porfis báñate conmigo. – dije mientras hacía pucheros. – si te haces más daño en el pie yo te lo curare. – después de eso, me acerqué a sus labios y los miré con deseo.
Justin: está bien, bañémonos. – dijo y después acabó de acercarse lo poco que nos separaba y me besó.
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