- Chapter 10 -

By Unknown - 17:55



{maratón 2/4}

Caras conocidas ocupaban los asientos de nuestra mesa del almuerzo favorita. Carolyn se sentó en un lado de mí, Brody en el otro, y el resto de los asientos fueron interceptados por Christian y hermanos Sigma Tau. Era difícil de escuchar con el ruido dentro de la cafetería, y el aire acondicionado parecía estar descompuesto nuevamente. El aire estaba cargado con el olor de comida frita y piel sudorosa, pero de alguna manera todo mundo parecía tener más energía de lo habitual.

—Hola, Damian—dijo Christian, saludando al hombre que estaba sentado delante de mí. Su piel aceitunada y ojos color chocolate contrastaba con la gorra blanda del equipo de futbol de Eastern.
—Te perdí después del partido del sábado, Chris. Bebí una o seis cervezas en tu honor. —dijo con una amplia y blanca sonrisa.
—Te lo agradezco. Llevé a Carly a cenar. —dijo, inclinándose para besar la rubia cabellera de Carolyn.
—Estás sentado en mi silla, Damian.
Damian se volvió a ver a Justin parado detrás de él, y luego me miró a mí, sorprendido. —Oh, ¿es ella una de tus chicas, Jus?
—Absolutamente, no. —dije, sacudiendo la cabeza.
El miró a Justin, quien lo miraba expectante. Damian se encogió de hombros y luego tomó su bandeja al final de la mesa.
Justin me sonrió mientras se acomodaba en el asiento. — ¿Qué hay de nuevo, Pidge?
— ¿Qué es eso? —Pregunté, incapaz de apartar mi mirada de su bandeja. La comida misteriosa en su plato parecía una exhibición de cera.
Justin se echó a reír y tomó un sorbo de su vaso de agua. —Las señoras de la cafetería me asustan. No criticaré sus habilidades culinarias.
No puede ignorar las miradas de los que estaban sentados en la mesa. El comportamiento de Justin despertaba su curiosidad, y reprimí una sonrisa al ser la única chica a la que habían visto insistir en sentarse cerca.
—Ugh… el examen de Bio es después del almuerzo, —se quejó Carolyn.
— ¿Has estudiado? —Le pregunté.
—Dios, no. Pasé toda la noche tranquilizando a mi novio de que no dormirías con Damian.
Los jugadores de fútbol sentados al final de la mesa detuvieron su desagradable risa para escuchar más de cerca, provocando a los demás estudiantes darse cuenta. Miré a Carolyn, pero ella no le importaba la culpa, empujando a Christian con el hombro.
—Jesús, Chris. Lo pasas tan mal, ¿eh? —preguntó Justin, lanzando un paquete de salsa de tomate a su primo. El no contestó, pero sonrió con diversión en dirección a Justin.
Carolyn frotó su espalda. —Él va a estar bien. Sólo le tomará un tiempo para creer que ____ es resistente a sus encantos.
—No he tratado de seducirla —resopló Justin, pareciendo ofendido—. Ella es mi amiga.
Miré a Christian. —Te lo dije. No tienes nada de qué preocuparte.
El finalmente me vio a los ojos, y al ver mi expresión sincera, sus ojos se iluminaron un poco.
— ¿Tú estudiaste? —me preguntó Justin.
Fruncí el ceño. —Ninguna cantidad de estudio me va a ayudar con la Biología. Es algo que no puedo entender del todo.
Justin se puso de pie. —Vamos.
— ¿Qué?
—Vamos a tomar tus notas. Voy a ayudarte a estudiar.
—Justin…
—Levanta tu trasero, Pidge. Vas a aprobar ese examen.
Tiré una de las largas trenzas rubias de Carolyn mientras pasaba. —Nos vemos en clase, Carly.

Ella sonrió. —Te voy a guardar un asiento. Necesitaré toda la ayuda que pueda conseguir.

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