- Chapter 96 -

By Unknown - 22:52



Maratón {6/10}

Revisé dos veces más durante la noche, finalmente cayendo dormida alrededor de las cuatro. Me quedé dormida a propósito, sabiendo que me saltaría mis clases ese día. Encendí mi teléfono para revisar mis mensajes, viendo que Justin había inundado mi bandeja de entrada. Los mensajes sin fin que me había enviado a través de la noche variaban de disculpas a vociferaciones. Llamé a Carly en la tarde, esperando que Justin no hubiera confiscado su móvil. Cuando me contestó, suspiré.
— Hola.
Carly mantuvo su voz baja. — No le he dicho a Chris dónde estás. No lo quiero en medio de esto. Justin está locamente enojado conmigo ahora. Probablemente voy a quedarme en Morgan esta noche.
— Si Justin no se ha calmado… buena suerte obteniendo algo de sueño aquí. Hizo una actuación digna de un Oscar en el pasillo anoche. Estoy sorprendida de que nadie llamara a seguridad.
— Fue expulsado de Historia hoy. Cuando no apareciste, le dio una patada a tus dos escritorios. Chris escuchó que esperó por ti después de todas tus clases. Está perdiéndola, ____. Le dije que terminaste al segundo que tomó su decisión de trabajar para Benny. No puedo creer que pensara por un sólo segundo que estarías bien con eso.
— Supongo que te veré cuando estés aquí. No creo que todavía pueda ir a mi habitación.

* * *
Carly y yo fuimos compañeras de habitación por la semana siguiente, y ella se aseguró de mantener a Chris alejado de mí así él no estaría tentado de decirle a Justin de mi paradero. Fue un trabajo de tiempo completo eludir un encuentro con él. Evité la cafetería a toda costa, la clase de Historia, y jugué seguro dejando mis clases antes. Sabía que tendría que hablar con Justin alguna vez, pero no podía hasta que se hubiera calmado lo suficiente para aceptar mi decisión. Me quedé sola el viernes en la noche, acostada en mi cama, sosteniendo el teléfono en mi oído. Puse mis ojos en blanco cuando mi estómago rugió.
— Puedo ir a recogerte y llevarte a cenar a algún lado —dijo Carly. Pasé las páginas de mi libro de Historia, saltando donde Justin había garabateado y borroneado notas de amor en las márgenes.
— No, es tu primera noche con Chris en casi una semana, Carly. Simplemente voy a tomar algo de la cafetería.
— ¿Estás segura?
— Sí. Dile a Chris que dije hola.

Caminé lentamente a la cafetería, sin prisa de sufrir las miradas de esos en las mesas. La escuela entera estaba activa con el rompimiento, y el comportamiento violento de Justin no ayudaba. Justo cuando las luces de la cafetería aparecieron en la vista, miré una figura oscura acercarse.
— ¿Pigeon?
Sorprendida, me detuve. Justin caminó hacia la luz, sin rasurarse y pálido.
— ¡Jesús, Justin! ¡Me asustaste como el infierno!
— Si contestaras tu teléfono cuando llamo no tendría que andar a escondidas en la oscuridad.
— Te ves como el infierno —dije.
— He estado por aquí una o dos veces esta semana.
Apreté mis brazos a mi alrededor. — En realidad estoy en camino a tomar algo para comer. Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?
— No. Tenemos que hablar.
— Justin…
— Rechacé a Benny. Lo llamé el miércoles y le dije que no. —Había un brillo esperanzador en sus ojos, pero desapareció cuando registró mi expresión.
— No sé qué quieres que diga, Justin.
— Di que me perdonas. Di que regresarás conmigo.
Apreté mis dientes, prohibiéndome llorar. — No puedo.
La cara de Justin se arrugó, y tomé la oportunidad de caminar a su alrededor, pero él dio un paso al lado para mantenerse en mi camino. — No he comido, o dormido… no puedo concentrarme. Sé que me amas. Todo será como solía ser si simplemente vuelves conmigo.
Cerré mis ojos. — Somos disfuncionales, Justin. Creo que simplemente estás obsesionado con la idea de tenerme más que cualquier otra cosa.
— Eso no es cierto. Te amo más que a mi vida, Pigeon —dijo, herido.
— Eso es exactamente lo que quiero decir. Esto es una conversación loca.
— No es locura. Es la verdad.
— De acuerdo… ¿Así que cuál exactamente es el orden para ti? ¿Es dinero, yo, tu vida… o hay algo que vaya antes del dinero?
— Me doy cuenta de lo que he hecho, ¿de acuerdo? Veo que podrías pensar eso, pero si hubiera sabido que ibas a dejarme, nunca habría… Simplemente quería cuidar de ti.
— Ya has dicho eso.
— Por favor no hagas esto. No puedo soportar sentirme así… está… está matándome —dijo, exhalando como si el aire hubiera sido expulsado de él.
— Terminé con esto, Justin.
Él parpadeó. — No digas eso.
— Ha terminado. Vuelve a tu hogar.
Sus cejas se juntaron. — Tú eres mi hogar.
Sus palabras me cortaron, mi pecho se apretó tanto que fue difícil respirar. — Hiciste una elección, Justin. Yo he hecho la mía —dije, interiormente maldiciendo el temblor en mi voz.
— Me voy a quedar fuera del infierno de Las Vegas, y alejado de Benny… Voy a terminar la escuela. Pero te necesito. Te necesito. Eres mi mejor amiga. —Su voz era desesperada y rota, concordando con su expresión.
En la poca luz pude ver una lágrima que cayó de su ojo, y en el momento siguiente se estiró por mí y estuve en sus brazos, sus labios sobre los míos. Me apretó fuerte contra su pecho mientras me besaba, y luego acunó mi cara en sus manos, presionando sus labios más fuerte contra mi boca, desesperado por obtener una reacción.
— Bésame —susurró, sellando su boca sobre la mía. Mantuve mis ojos y mi boca cerrada, relajándome en sus brazos. Tomó todo lo que tuve no mover mi boca con la suya, habiendo deseado sus labios toda la semana.
— ¡Bésame! —Rogó— ¡Por favor, Pigeon! ¡Le dije que no!
Cuando sentí lágrimas cálidas abrasando mi cara fría, lo alejé. — ¡Déjame en paz, Justin!
Sólo me había alejado unos cuantos centímetros cuando agarró mi muñeca, mi brazo estuvo recto, extendido detrás de mí. No me volví.
— Estoy rogándote. —Mi brazo bajó y tiró mientras él caía sobre sus rodillas— Estoy rogándote, ___. No hagas esto.
Me giré para ver su expresión agonizante, y luego mis ojos bajaron de mi brazo al suyo, mirando mi nombre en gruesas letras negras sobre su muñeca flexionada. Me había probado lo que había estado temiendo todo el tiempo. Por mucho que me amara, cuando el dinero estaba involucrado, estaría en segundo lugar. Al igual que estaba con Mick. Si cedía, o podía cambiar de opinión sobre Benny, o estaría resentido conmigo cada vez que el dinero pudiera haber hecho su vida más fácil. Lo imaginé en un trabajo de cuello azul, llegando a casa con la misma mirada en sus ojos que Mick tenía cuando regresaba después de una noche de mala suerte. Sería mi culpa que su vida no fuera lo que quería que fuera, y no podría dejar que mi futuro estuviera placado con la amargura y remordimiento que dejé atrás.
— Déjame ir Justin.
Después de varios momentos finalmente liberó mi brazo. Corrí a la puerta de vidrio, abriéndola sin mirar atrás.


Todos en la habitación me miraron fijamente mientras caminaba hacia el buffet, y sólo mientras alcanzaba mi destino, las cabezas se enfocaron para ver afuera de las ventanas donde Justin estaba sobre sus rodillas, las palmas sobre el pavimento.

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