- Chapter 92 -

By Unknown - 22:45




Maratón {2/10}


Justin dejó nuestras maletas sobre la cama y colapsó al lado de ellas. No había sacado la cuestión de Benny, y yo estaba esperanzada que Las Vegas estuviera empezando a salir de su sistema. Bañé a Toto, disgustada que apestara a humo y medias sucias de estar en el apartamento de Damian toda la semana, y lo sequé con la toalla en la habitación. — ¡Oh! ¡Hueles mucho mejor! —Reí mientras él se sacudía, rociándome con pequeñas gotas de agua. Se levantó en sus patas posteriores, cubriendo mi cara con besitos de cachorro— También te extrañé, hombrecito.
— ¿Pigeon? —Preguntó Justin, golpeando anudando sus dedos.
— ¿Sí? —dije, frotando a Toto con la toalla amarilla mullida en mis manos.
— Quiero hacer esto. Quiero pelear en Las Vegas.
— No —dije, sonriéndole a la cara feliz de Toto.
Él suspiró. — No estás escuchando. Voy a hacerlo. Verás en unos meses que fue la decisión correcta.
Levanté la mirada hacia él. — Vas a trabajar para Benny.
Asintió nerviosamente y luego sonrió. — Sólo quiero cuidar de ti, Pidge.
Las lágrimas llenaron mis ojos, sabiendo que él estaba resuelto. — No quiero nada comprado con ese dinero, Justin. No quiero nada que tenga que ver con Benny, Las Vegas o cualquier cosa que vaya junto a ellos.
— No tenías problema con la idea de comprar un auto con el dinero de mis peleas aquí.
— Eso es diferente y lo sabes.
Frunció el ceño. — Todo va estar bien, Pidge. Ya verás.
Lo miré por un momento, esperando por un brillo de diversión en sus ojos, esperando que me dijera que estaba bromeando. La incertidumbre y la avaricia se reflejaron en sus ojos.
— ¿Por qué siquiera me preguntaste, Justin? Ibas a trabajar para Benny sin importar lo que yo dijera.
— Quiero tu apoyo en esto, pero es demasiado dinero para rechazarlo. Estaría loco para decir no.
Me quedé por un momento, aturdida. Una vez todo había penetrado, asentí. — De acuerdo, entonces. Has tomado tu decisión.
Justin sonrió de alegría. — Ya verás, Pigeon. Va a ser genial. —Se empujó de la cama, caminó hacia mí y me besó los dedos— Estoy famélico. ¿Tienes hambre?
Sacudí mi cabeza y él besó mi frente antes de caminar a la cocina. Una vez sus pasos dejaron el corredor, tiré mi ropa de las perchas, agradecida de que tuviera lugar en mi maleta para más de mis pertenencias. Lágrimas de enojo cayeron por mis mejillas. Yo sabía muy bien lo que sería llevar a Justin a ese lugar. Había peleado con uñas y dientes para evitarle los bordes oscuros de mi vida, y el momento en que se presentó la oportunidad, lo arrastré al centro de todo lo que odiaba sin un segundo pensamiento. Justin iba a ser parte de esto, y si no dejaría que lo salvara, tendría que salvarme yo sola.

La maleta estaba llena hasta su límite, y estiré el cierre sobre el contenido abultado. La saqué de la cama y caminé por el pasillo, pasando la cocina sin mirar en su dirección. Me apresuré a bajar las escaleras, aliviada de que Carly y Chris todavía estuvieran besándose y riéndose en el aparcamiento, transfiriendo sus cosas de su Charger al Honda de ella.
— ¿Pigeon? —Justin llamó desde la puerta del apartamento.
Toqué la muñeca de Carly. — Necesito que me lleves a Morgan, Carly.
— ¿Qué está pasando? —dijo, notando la seriedad de la situación por mi expresión.
Miré detrás de mí para ver a Justin corriendo por las escaleras y cruzando el césped hacia donde estábamos paradas. — ¿Qué estás haciendo? —dijo, gesticulando hacia mi maleta.
Si le hubiera dicho en ese momento, toda esperanza de salvarme de Mick, y Las Vegas, y Benny, y todo lo que no quería estaría perdido. Justin no me dejaría ir, y por la mañana me habría convencido a mí misma de aceptar su decisión. Me rasqué la cabeza y sonreí, tratando de obtener algo de tiempo para pensar en una excusa.
— ¿Pidge?
— Estoy llevando mis cosas a Morgan. Ellos tienen todas esas lavadoras y secadoras y tengo una cantidad ridícula de colada que hacer.
Él frunció el ceño. — ¿Ibas a irte sin decírmelo?
Miré a Carly y luego a Justin, esforzándome por la mentira más creíble.
— Iba a volver. Eres tan jodidamente paranoico —dijo Carly con la sonrisa desdeñosa que había usado para engañar a sus padres tantas veces.
— Oh —dijo él, todavía inseguro— ¿Vas a quedarte aquí esta noche? —Me preguntó, pellizcando la tela de mi abrigo.
— No sé. Supongo que depende de cuando esté lista mi ropa.
Justin sonrió, poniéndome contra él. — En tres semanas, le pagaré a alguien para que haga tu colada. O simplemente puedes tirar tu ropa sucia y comprar nueva.
— ¿Vas a pelear para Benny otra vez? —Preguntó Carly, sorprendida.
— Me hizo una oferta que no podía rechazar.
— Justin—empezó Chris.
— Chicos, no empiecen ustedes también. Si no voy a cambiar de opinión por Pidge, no voy a cambiar de opinión por ustedes.
Carly encontró mis ojos con entendimiento. — Bueno, mejor te llevamos, ____. Esa pila de ropa te va a tomar por siempre. —Asentí y Justin se inclinó para besarme. Lo acerqué más, sabiendo que sería la última vez que sentiría sus labios contra los míos.

— Te veo más tarde —dijo— Te amo.

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