- Chapter 111 -

By Unknown - 14:18


— Jesucristo… ¿Está lastimada? —Preguntó.
La mano de Chris aún seguía en mi espalda. — Ella dice que está bien.
Justin puso sus manos en mis hombros y frunció el ceño. — ¿Te ha hecho daño, Pidge?
Mientras negaba con la cabeza, vi el primer montón de gente gateando por debajo de la escalera de incendios. Justin me sostuvo fuertemente entre sus brazos, observando los rostros en silencio. Un hombre de baja estatura se congeló cuando se dio cuenta de que estábamos de pie en la acera.
— Tú—gruñó Justin. Me soltó, corriendo por el césped, tacleando al hombre contra la tierra. Miré a Chris, confundida y horrorizada.
— Ese es el tipo que continuaba empujando a Justin en el Círculo —dijo Chris. Un pequeño grupo de espectadores se reunió alrededor de ellos mientras se enfrentaban en el suelo. Justin le dio un puñetazo en la cara al hombre una y otra vez. Chris me sostuvo contra su pecho, todavía jadeando. El hombre dejó de pelear, y Justin lo dejó en la tierra en un montón de sangre. Los que se reunieron alrededor de él se dispersaron, dejándole libre el camino al ver la ira en sus ojos.
— ¡Justin! —Gritó Chris, señalando al otro lado del edificio. Ethan cojeaba entre las sombras, usando la pared de ladrillo de Hellerton para sostenerse a sí mismo. Cuando oyó gritar a Chris llamando la atención de Justin, se volvió justo a tiempo. Ethan cogió por el césped, tirando la cerveza que sostenía en la mano y moviéndose tan rápido como sus piernas le permitían hacia la calle. Cuando llegó a su coche, Justin lo agarró y lo estrelló contra él. Ethan le suplicó a Justin, el se apoderó de su camisa y estampó su cabeza contra la puerta del coche. Las suplicas se terminaron ante el sordo ruido de su cráneo contra el parabrisas, y luego Justin lo llevó a la parte delantera del coche y rompió el faro con la cara de Ethan. Despues lo lanzó sobre el capo, presionando su cara sobre el metal mientras le gritaba obscenidades.
— Puta madre —dijo Chris. Me volví para ver a Hellerton resplandeciendo de azul y rojo ante las luces de la patrulla acercándose rápidamente. La multitud de personas saltaron desde el aterrizaje, formando una cascada humana por la escalera de incendios, y después una ráfaga de estudiantes se disparó hacia todas las direcciones.
— ¡Justin! —Grité. Justin dejó el cuerpo inerte de Ethan en el capó del coche para dirigirse hacia nosotros. Chris me llevó hasta el estacionamiento, abriéndome la puerta. Di un salto en el asiento trasero, esperando ansiosamente a que ambos entraran al coche. Coches arrancaban de sus lugares dirigiéndose a otra dirección, deteniéndose brutalmente cuando una segunda unidad de policía bloqueó el camino.

Justin y Chris saltaron a sus asientos, y Chris maldijo cuando vio a los coches impidiéndole la única salida. Encendió el coche, y el Charger rebotó cuando saltó la acera. Se dio la vuelta a lo largo de la hierba, y volamos entre dos edificios, rebotando otra vez cuando el coche tocó la carretera detrás de la escuela. Los neumáticos chirriaron y el motor rugió cuando Chris azotó su pie en el acelerador. Me deslicé a través del asiento hasta tocar la puerta del coche cuando dio un giro, lastimando mi codo ya adolorido. El alumbrado de las calles eran pequeñas líneas de luz a través de la ventana mientras nos dirigíamos al apartamento, pero pareció que una hora había pasado cuando nos detuvimos en el estacionamiento. Chris estacionó el Charger y apagó la ignición. Los chicos abrieron sus puertas en silencio, y Justin se deslizó al asiento de atrás, levantándome en sus brazos.
— ¿Qué pasó? Mierda, Justin, ¿qué le sucedió a tu rostro? —Dijo Carly, corriendo escaleras abajo.
— Te lo diré adentro —dijo Chris, guiándola hacia la puerta.
Justin me llevó por las escaleras, a través del living y por el pasillo sin decir palabra alguna, recostándome sobre su cama. Toto manoseaba mis piernas, saltando sobre la cama para lamerme el rostro.
— Ahora no, amigo —dijo Justin en voz baja, llevando el cachorro a la sala y cerrando la puerta. Se arrodilló delante de mí, tocando las puntas rotas de la manga. Su ojo estaba comenzando a ponerse rojo e hinchado. La piel sobre él tenía un corte y estaba húmedo con la sangre. Sus labios estaban manchados de púrpura, y sus nudillos estaban lastimados. Su camiseta blanca estaba manchada con la combinación de sangre, hierba y tierra. Le toqué el ojo e hizo una mueca de dolor, alejando mi mano.
— Lo siento mucho, Pigeon. Traté de llegar a ti. Lo intenté… —Se aclaró la garganta, tragándose la ira y preocupación que lo atragantaban— No podía llegar a ti.
— ¿Puedes preguntarle a Carly si puede llevarme a Morgan ahora? —Dije.
— No puedes ir allí esta noche. El lugar está plagado de policías. Quédate aquí. Dormiré en el sofá.
Tomé una respiración vacilante, tratando de no llorar. Él ya se sentía bastante mal. Se levantó y abrió la puerta.
— ¿A dónde vas? —Le pregunté.
— Tengo que tomar una ducha. Ya vuelvo.
Carly lo empujó a un lado, sentándose a mi lado en la cama, tirando de mí hacia su pecho.
— ¡Siento tanto no haber estado allí! —Exclamó.
— Estoy bien —le dije, secándome la cara manchada de lágrimas.
Chris tocó a la puerta al entrar, trayéndome un vaso pequeño lleno de whisky.
— Toma —dijo, entregándoselo a Carly. Ella envolvió mis manos alrededor de él y me dio un codazo.

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