- Chapter 85 -

By Unknown - 10:46



Uno de los hombres masticó su cigarrillo. — Esto es una mesa de póquer princesa, cinco cartas. Prueba tu suerte en las máquinas de ranura. —Me senté en la única silla vacía, haciendo una demostración al cruzar mis piernas.
— Siempre he querido jugar póquer en las Vegas. Y tengo todas estas fichas… —dije, poniendo mi montón de fichas en la mesa— Y soy muy buena jugando en línea.
Los cinco hombres miraron mis fichas y luego a mí. — Hay una apuesta mínima, cariño. —dijo el concesionario.
— ¿Cuánto?
— Cinco mil, dulzura. Escucha… no quiero hacerte llorar. Hazte un favor y juega en las máquinas de ranura.
Empujé hacia adelante mis fichas, encogiéndome de hombros en el modo en que una chica temeraria y excesivamente segura de sí misma haría antes de darse cuenta que acababa de perder sus fondos para la universidad. Los hombres se miraron entre ellos. El concesionario se encogió de hombros y tiró sus fichas.
— Jimmy. —dijo ofreciendo su mano. Cuando la tomé él señaló a los otros— Mel, Pauly, Joe y él es Winks. —Miré hacia un hombre flaco que masticaba un palillo, y como había predicho, me guiñó un ojo. Asentí y esperé con falsa anticipación mientras Jimmy repartía la primera mano. Perdí a propósito las dos primeras, pero para la cuarta mano yo estaba arriba. No le tomaba tanto tiempo a los veteranos de las Vegas descifrarme como había tomado Thomas. — ¿Dijiste que jugabas en línea? —Preguntó Pau.
— Con mi papá
— ¿Eres de aquí? —Preguntó Jimmy
— Wichita. —Respondí sonriendo.
— Ella no juega en línea, se los dije. —dijo Mel, quejándose. 

Una hora después, había tomado veintisiete mil dólares de mis oponentes, y ellos estaban empezando a sudar.
— Me retiro. —dijo Jimmy, bajando sus cartas frunciendo el ceño.
— Si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, nunca lo habría creído. —Escuché detrás de mí. Carly y yo nos dimos la vuelta al mismo tiempo, mis labios estirándose a través de mi cara formando una amplia sonrisa. —Jesse. —Sacudí mi cabeza— ¿Qué estás haciendo aquí?
— Es mi lugar el que estás ocupando, Cookie. ¿Qué estás haciendo tú aquí?
Rodé mis ojos y me volví hacia mis suspicaces nuevos amigos. — Sabes que odio eso, Jess.
— Discúlpenos. —dijo Jesse, tirando de mí por el brazo para ponerme de pie. Carly me miró con cautela mientras me estaba llevando unos cuantos pies lejos de la mesa. El padre de Jesse manejaba el casino, estaba más que sorprendida que él se hubiera unido al negocio de la familia. Solíamos perseguirnos entre nosotros por los pasillos y escaleras del hotel y siempre lo vencía cuando alcanzábamos los ascensores. Él había crecido desde la última vez lo que lo había visto. Lo recordaba como un desgarbado adolescente, pero el hombre que tenía al frente era sin duda un bien vestido jefe de sala, para nada desgarbado y ciertamente apuesto. Seguía teniendo su sedosa piel marrón y ojos verdes que recordaba, pero el resto de él era una agradable sorpresa.
Su iris del color de las esmeraldas resplandecía en las brillantes luces del casino.
—Esto es surrealista, pensé que eras tú cuando estaba caminando por tu mesa, pero no podía convencerme a mí mismo que volverías aquí. Cuando vi a esa Campanita limpiando la mesa, supe que eras tú.
— Lo soy. —Sonreí.
— Te ves… diferente.
— También tú, ¿Cómo está tu padre?
— Retirado. —Sonrió— ¿Cuánto tiempo te quedarás?
— Sólo hasta el domingo. Tengo que volver a la escuela.
— Hola, Jess. —dijo Carly, tomando mi brazo.
— Carolyn. —Se rió entre dientes— Debí haberlo sabido, ustedes son como la sombra de la otra.
— Si sus padres supieran que la traje aquí, todo eso habría terminado hace mucho tiempo.
— Es bueno verte, ____. ¿Por qué no me dejas comprarte la cena? — Preguntó, escaneando mi vestido.
— Me encantaría, Jess, pero no estoy aquí por diversión.
Él tendió sus manos y sonrió. — Tampoco yo. Muéstrame tu identificación.
Mi cara decayó, sabiendo que tenía una pelea en mis manos. Jesse no caería en mis encantos tan fácilmente, sabía que tenía que decirle la verdad. — Estoy aquí por Mick. Está en problemas.
Jesse asintió. — ¿Qué tipo de problema?
— Los usuales.
— Me encantaría ayudar, sabes que respeto a tu papá, pero sabes que no puedo permitirte quedarte.
Alcancé su brazo y lo presioné. — Le debe dinero a Benny.
Jesse cerró sus ojos y sacudió su cabeza. — Jesús.
— Tengo hasta mañana, Jesse, déjame quedarme hasta entonces.
Él puso la palma de su mano en mi mejilla. — Te lo diré… si cenas conmigo mañana. Te daré hasta la medianoche.
Miré a Carly y luego a Jesse. — Estoy aquí con alguien.
Se encogió de hombros. — Tómalo o déjalo, ____. Tú sabes cómo se hacen las cosas por aquí, no puedes obtener algo sin nada a cambio.

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