{ Capítulo 7 }

By Unknown - 12:54



Maratón (Happy Birthday)

Había leído que el año pasado se registraron al menos varios episodios de contacto sexual no deseado en el periódico del
campus. Justin puso su mano en mi espalda, pero la dejé porque era su
mano o la de un chico extraño, y tomaría la mano que conocía por sobre
la que no lo hacía. No es que conocía a Justin. Cristo, lo acabo de
conocer esta mañana.
Afuera estábamos en una nube de humo, pero el aire se sentía
agradable sobre mi piel caliente.
—He visto mejores —dijo Justin en mi oído. Su cálido aliento me hizo
cosquillas en el cuello, y moví mi cabello para ocultar mi temblor.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo y lo saqué. Mamá. Siempre me envía
mensajes a las horas más extrañas.
¿Cómo estás, hija? No hemos hablado hoy
Bien. Todo instalado. Ciudad Drama. Salida con amigos. ¿HMT:?
Suena bien. Te quiero, Kid.
Besos.
—¿Era tu novio? ¿Le preocupaba que estés hasta tarde con
hombres extraños? —dijo Justin, tratando de leer los mensajes por encima
de mi hombro.
—Nop. —No iba a satisfacer su curiosidad. Miré mi teléfono. Era casi
medianoche, y estaba cansada por levantarme temprano y conducir
desde la casa de mi madre en Waterville todo el camino hasta Orono y
desempacar mis cosas. Y tratar con idiotas.
—¿Están listos para irse? Tengo que levantarme temprano para
macro, mañana —dijo Darah, gesticulando que se disparaba a sí misma en
la cabeza. Era una estudiante de contabilidad, pero odiaba la economía
con la pasión ardiente de mil soles.
—¿Te toca con Wesley en CPD ::::? —dijo Mase.
—Sí.
—Yo también. Supongo que te veré allí —dijo, estirando los brazos
por encima de su cabeza. Podría haber sido mi imaginación, pero me
pareció ver su sonrisa ante la perspectiva de volver a verlo tan pronto.
:
:
HMT: Hablamos más tarde.
CDP: Centro de proceso de datos.
::

Todos caminamos de regreso al coche de Mase y nos despedimos
de Sean y Dev. Mase dijo un buenas noches extra para Darah. Oh,
querido, definitivamente había algo allí.
Cuando regresamos al apartamento me di cuenta de dos cosas.
Uno de ellos, que realmente necesitaba una ducha, y dos, Justin y yo
íbamos a estar durmiendo en la misma habitación.
Darah y Renee nos dieron las buenas noches y se arrastraron a su
habitación.
—Bueno, aquí estamos —dijo Justin.
—Voy a tomar una ducha —le dije y me preparé para el comentario
que sabía que venía.
—Sabes lo que dicen, conserva el agua y dúchate con un amigo.
Pasé junto a él para recoger mi pijama, sin contestar. Me aseguré de
cerrar la puerta y me aseguré de que estuviera cerrada con llave antes de
desnudarme y meterme en la ducha. No lo pondría cerca de él para que
intente y consiga tenerme desnuda. Tipos como el son todos iguales.
Toman lo que quieren y te dejan con nada.
--------------
Cuando volví de la ducha, Justin estaba en la cama, sin
camiseta y sólo en bóxers, sentado con la espalda contra la
pared, la guitarra en su regazo. Era una escena por la que la
mayoría de las chicas se habría desmayado. Entre las habilidades para el
baile y la guitarra, podría acumular muchos puntos en atractivo. Rasgó
algunas cuerdas antes de darse cuenta que estaba en la habitación. Por
una fracción de segundo, vi una mirada soñadora en su rostro.
Rápidamente la escondió detrás de una sonrisa.
—Estás toda mojada.
No pasé por encima el doble sentido. Tiré mi ropa arruinada en el
cesto y me torcí el cabello en la toalla para escurrir un poco de agua de
él.
—No es el tipo de ropa de noche que me imaginaba, pero servirá.
Bajó la mirada hacia mi enorme camiseta y pantalones cortos. Había
pensado dos veces en ponerme una camiseta sin mangas y pantalones de
hombre, lo cual normalmente habría hecho, dada la temperatura. Me
había dejado puesto el sujetador para que mis pezones no se marcaran a
través del material tan fino de jersey.
—¿Eres uno de esos idiotas con una guitarra, o realmente puedes
tocar? —Traté de mantener mis ojos en la guitarra y no en su pecho
desnudo. Había otro tatuaje en su pectoral izquierdo. Un trébol de cuatro
hojas.
—Sólo toco si eres un cliente que paga. Aunque aceptaría un trato
en lugar de dinero.
C
::

¿Por qué siquiera pregunté? He estado tratando de romper el hielo,
pero él no parecía querer hacerlo. Me fui a mi armario y encontré una
moneda de :: centavos que le arrojé.
—Ya está. Ahora toca, chico músico. —Me senté en mi cama y lo
enfrenté.
—¿Qué quieres?
Pensé en eso. Quería escoger una canción que de ninguna manera
conocería. Solté algo de rock pesado o folk. Parecía ser uno de esos chicos
a los que les gustaba Bob Dylan.
—C'est la Mort de The Civil Wars.
Me dirigió una mirada como si eso no fuese lo que esperaba.
—¿Qué? ¿No la conoces? ¿No está lo suficientemente a la moda
para ti?
Alejó la mirada y la bajó hacia la guitarra. Rasgó algunas notas.
Esperé.
Entonces la canción surgió de sus dedos, lentos e inquietantes. Me
senté contra mis almohadas, perdiéndome en la música. Odiaba admitirlo;
tocaba muy bien. No había recibido algunas lecciones la semana anterior.
Había estado tocando por años. Terminó la canción con una reverencia y
levantó la mirada hacia mí. Allí estaba de vuelta su mirada soñadora, y
tardó más en sacarla.
—El canto se cobra aparte —dijo.
—Puedes bailar, puedes tocar la guitarra, Jesús, Justin ¿qué no
puedes hacer?
—Soy muy bueno en varias cosas. Si quieres venir aquí, puedo
mostrarte unas cuántas más —dijo, dejando la guitarra en el estuche. Mi
garganta se secó de repente, y tuve que tragar. Sus comentarios habían
sido diferentes cuando estábamos completamente vestidos y con un
grupo de gente. En esta oscura y silenciosa habitación tomaban un
significado más pesado, o al menos lo hacían para mí. Estaba haciendo
demasiado de esto.
Me senté. Había algo acerca de estar acostada que me hacía sentir
más vulnerable.
—No lamento haberte golpeado —dije por ninguna razón en
particular. Mi mano todavía estaba hinchada y dolorida, y esperaba que
su rostro le doliera por un largo tiempo.
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—Sé que no lo haces. No lamento que lo hayas hecho, tampoco. La
mayoría de las chicas me aburren. Tú, _____, no me aburres.
—Gracias a Dios, puedo morir como una mujer feliz.
—No voy a hacer un movimiento contigo, si eso es lo que estás
pensando. —Lo había estado haciendo pero no quería que él supiera
eso—. Jamás me meto con las chicas que me gustan.
—Eso no tiene nada de sentido. —Espera, ¿yo le gustaba?
—Por supuesto que lo tiene. Todas las relaciones terminan
eventualmente, ¿verdad? Entonces, ¿por qué no terminarlas antes de que
comiencen y ahorrarte el problema?
—Ese es un pensamiento bastante jodido, Justin. ¿Qué te hicieron
tus padres? —En mi experiencia, los chicos como Justin generalmente
tenían problemas de demasiado arraigamiento a mamá. Por eso no
podían tener jamás relaciones estrechas con las mujeres.
—¿No te gustaría saber?
Me levanté y puse mi teléfono en el cargador, más que nada para
poder dejar de hacer contacto visual con él. Normalmente, mi rutina
nocturna implicaba ponerme los aparatos de dientes, untarme la cara con
crema hidratante y ponerme un antifaz sobre los ojos, pero de ninguna
manera en el infierno iba a dejar que Justin viera nada de eso.
Era demasiado íntimo, demasiado personal. Tal vez mañana la
residencia estaría abierta para encontrarle otro lugar. Simplemente les diría
que me sentía incómoda viviendo con Justin. Quería creer que tendría las
pelotas para decirle que se fuera. Habría sido mucho más fácil si
pudiéramos habernos hecho cargo de esto horas atrás. También si él no
hubiera tocado esa estúpida canción. ¿Y yo por qué había elegido esa?
Debería haber elegido algo estúpido como I Am the Walrus.
Apagó su lámpara, y nos quedamos sumidos en una oscuridad casi
total. La única luz venía de la pequeña lámpara de mi armario que
todavía no había apagado.
—Sólo para que lo sepas, hablo en sueños. —Se movió en su cama y
tiró algo al suelo. Sólo podía ser una cosa—. Además, duermo desnudo.
Hice un sonido de disgusto. Definitivamente iba a dormir con mi
sujetador puesto, a pesar de que tendría marcas incómodas por la
mañana. Me subí a la cama y tiré del edredón hacia arriba. Yo era la que
se sentía desnuda. Juré que podía sentir sus sábanas frotarse contra su piel.
Maldita sea, debería haberme conseguido unos tapones para los oídos.
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No iba a dormir en absoluto.
Yo también hablaba en sueños pero no iba a decirle eso.
—Bueno, buenas noches. Siéntete libre de soñar conmigo desnudo y
grita todo lo que quieras. Dormiré a través de eso.
Deseé tener una almohada, o tal vez algo más pesado, para
arrojárselo. En lugar de eso me metí en la cama, agarrando mis aparatos
en silencio y poniéndomelos, escondiendo el estuche debajo de las
mantas. Quería fingir que no me importaba una mierda lo que pensaba de
mí, pero honestamente, lo hacía.
Se sentía grosero no desearle buenas noches, así que lo hice. Recibí
un murmullo como respuesta. Me acosté de espaldas y miré el techo.
Incluso con el cubrecolchón de espuma viscoelástica: la cama del
dormitorio era tan cómoda como un saco de heno.
Justin respiraba tranquilamente, pero su perturbación en la
habitación era inconfundible. No sabía por qué, pero los chicos respiraban
diferente que las chicas. Más profundo, de alguna manera. Oía cada vez
que cambiaba de posición o se movía o se retorcía, siquiera. Supe el
momento exacto en que estuvo dormido cuando su respiración se volvió
lenta y dejó de moverse tanto. Intenté cerrar los ojos, pero no funcionó.
Agarré mi reproductor de mp: y lo puse en aleatorio. Tenía
montones de canciones rápidas allí, así que tuve que seguir salteando
cosas. Generalmente, el alcohol me daba más sueño, pero la gaseosa
había sido una mala idea. Era demasiado tarde para tomar mi medicación
para dormir, así que estaba atrapada. Sólo tenía dos clases al día
siguiente, y no comenzaban hasta las once. Esperaba que Darah y Renee
no hicieran demasiado ruido por la mañana. Esperaba que Justin no
hiciera demasiado ruido por la mañana.
Apreté repetir cuando llegó C'est la Mort y finalmente me desvanecí.
***
—¡_____, _____!
Una mano agarró mi hombro, sacudiéndolo.
:
Es una espuma de poliuretano que se adapta a la forma del cuerpo.

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