{ Capítulo 16 }

By Unknown - 18:26



—Recuerda lo que dije. Él puede ser lo mejor o lo peor que te
puede pasar. Depende de ti elegir —dijo mientras me abrazaba—. No
dejes que mi pasado dicte tu futuro, ¿de acuerdo? Quiero que seas feliz.
—Suenas como una tarjeta de Hallmark —dije cuando me soltó.
—Sé de lo que estoy hablando, Kid. —Presionó su pulgar en el medio
de mi frente, como si estuviera transmitiendo su sabiduría en mi cerebro—.
Te llamaré cuando regrese. ¿Cuándo vas a volver a casa, la próxima vez?
—No estoy segura, puede que sea un fin de semana en octubre,
pero si no, será en Acción de Gracias.
—Bueno, intentaré despertarme antes de entonces. Te amo,
hermana pequeña.
—Te amo, hermana mayor —dije mientras ella bajaba la parte
superior del Volvo y subía la radio. Tocó la bocina mientras se alejaba. Yo
sólo sacudí la cabeza.
***
Cuando regresé a casa, Justin se había ido, pero había una nota en
mi cama.
Salí a deshumanizar a algunas mujeres. Puede que tenga sexo con
algunas de ellas. Llegaré tarde. Por cierto, tu hermana es bienvenida de
vuelta en cualquier momento. Lo firmó sólo con la letra Z.

luego del recorrido más largo del campus de la Universidad de
Maine, Tawny decidió que era hora de que volviera a Belfast.
::

Arrojé ésta en mi escritorio con la otra. Por lo que sabía, él estaba
teniendo sexo con un montón de chicas diferentes. Odiaba admitirlo, pero
había hurgado en su teléfono una noche mientras se duchaba, y me
desplacé a través de sus contactos. Se había metido conmigo, así que
tenía que devolverle el favor.
Reconocí algunos de sus contactos, incluyendo su primo y sus amigos
hombres. Los demás, no tanto. Tenía seis contactos llamados sólo Ashley.
Ashley B, D, H, F, R y T. La temática continuaba por los otros nombres
comunes como Heather, Sarah y Liz. Ni siquiera podía contar cuántos
nombres había allí. En realidad, sin embargo, ¿me sorprendía? No mucho.
Raramente lo veía hablando por teléfono, pero enviaba una buena
cantidad de menajes. Cada vez que lo hacía, me preguntaba cuál de
todas las Ashleys era.
No lo vi hasta que regresé esa noche de lo de Megan, donde había
tenido mi ración de chocolate, charla de chicas y deshumanización de
Richard Gere y Channing Tatum.
—¿Lo pasaron bien hablando de sus períodos? —dijo, sin levantar la
mirada de algo en su regazo.
—Sí, incluso comenzamos a discutir sobre las pruebas
Papanicolaou. Oye, ¿es ese mi E-Reader? —Definitivamente lo era.
—Tal vez. Lo dejaste en tu escritorio.
—¿Así que pensaste que podías usarlo? ¿Qué más de mis cosas has
usado?
—Sólo tu ropa interior —dijo, sus ojos todavía en la pantalla.
—Entrégalo —dije, tendiéndole mi mano.
—De ninguna manera, tengo que descubrir con quién termina ella.
—Levantó el brazo, por lo que estaba fuera de mi alcance.
—Devuélvemelo —dije, saltando sobre la cama y agarrando su
brazo. Siguió moviéndolo fuera de mi alcance. Agarré su brazo con ambas
manos y tiré, pero eligió ese momento para meter sus dedos en ese lugar
cosquilloso justo debajo de mis costillas.
—Justin, detente —dije, tratando de no acurrucarme en posición
fetal mientras seguía haciéndome cosquillas. Intenté alcanzar el E-Reader,
pero no había caso. Lo arrojó sobre mi cama y se acercó a mí con ambas
manos, volteándome sobre mi bolsa y atacándome. Me reía tan fuerte
que no podía respirar. Se estaba riendo de mí, pero no había nada que yo
pudiera hacer al respecto.
de
::

—¿Lo quieres de vuelta? ¿Realmente lo quieres de vuelta?
—Sí —jadeé.
—Entonces dime que si te besara en este momento, no me
devolverías el beso.
Sus manos no dejaron mis costillas, pero el cosquilleo se detuvo.
Intenté recuperar el aliento e incliné la cabeza para poder mirarlo.
Estaba serio. Su cuerpo se cernía sobre el mío, y me di cuenta que
estaba acostada sobre su cama. Sus sábanas estaban empapadas en su
olor, y quería dar vuelta la cabeza para poder inhalarlo mejor.
—Tienes una gran risa, por cierto. Baja y sexy.
—No te devolvería el beso —dije lentamente, porque me tomó
mucho tiempo encontrar las palabras. La mayor parte de mi cerebro
estaba distraído por su rostro y su cuerpo y lo cálido que era y lo bien que
olía y otros pensamientos sobre él.
Su rostro estaba tan cerca que su aliento movió el cabello de mi
frente.
—Mentirosa —dijo y lentamente se levantó de encima de mí.
Me quedé donde estaba, sin saber realmente si podía moverme.
—Aquí tienes, Missy. —Mi E-Reader apareció en mi línea de visión. Él
había estado leyendo el primer libro de la serie que yo también estaba
leyendo—. Apoyo al vampiro —dijo antes de dejar la habitación y cerrar la
puerta.
Me tomó varios minutos levantarme de la cama. La mayor parte de
mi sangre parecía haber dejado mi cerebro y haberse ido a otros lugares.
Era algo bueno que no fuera un chico, porque habría necesitado
una ducha fría y unos cuántos minutos a solas.
Justin tenía razón; era una mentirosa. Le habría devuelto el beso.
Habría hecho mucho más que eso. Habría deseado que él hiciera
cualquier cosa y todo y luego le habría pedido más. Sí, necesitaba una
ducha fría.
***
Las cosas se enfriaron por unos días luego de eso. Justin se echó
atrás. Otra vez. No en sus comentarios sobre querer dormir conmigo, o
::

decirme que me veía ardiente o nada de eso, pero dejó de invadir mi
espacio personal. Bueno, dejó de invadirlo mucho. Comenzó una nueva
rutina cada noche cuando nos íbamos a dormir.
—¿Me amas? —Le respondía que no—. ¿Me odias? —Le respondía a
eso con comentarios sarcásticos, nombrando las cosas que él había hecho
durante el día que me habían molestado. La lista era en general bastante
larga. La terminaba diciendo que no otra vez. Entonces ambos nos
dábamos la vuelta y nos íbamos a dormir. Era algo extraño de hacer, pero
resultó que ambos éramos personas extrañas. Dejé de preocuparme de si
me veía ponerme los aparatos. Comenzó a tomar más cosas mías y se
preocupaba menos cuando yo me molestaba.
Darah volvió de su cita con Mase con los ojos brillantes. De alguna
manera la tenía completamente conquistada, y él se volvió un accesorio
de nuestra casa, al igual que Dev y Sean. Ambos estaban un poco
enamorados de Renee, y ella coqueteaba con ellos, pero jamás lo llevaba
más lejos que eso.
Las clases se intensificaron mucho, y yo pasaba más y más tiempo
leyendo y escribiendo artículos y otros trabajos difíciles. Justin y yo nos
pasamos nuestra primera reunión de mediación con el Administrador de la
Residencia digiriéndonos comentarios sarcásticos uno al otro.
El Administrador, Chris, intentó volver a encaminarnos en la charla,
pero no era un muy buen mediador. Sólo terminé la sesión queriendo
golpear a Justin, y él terminó con una sonrisa en su rostro. Así que,
habíamos hecho cero progresos. Todavía teníamos que encontrarnos la
próxima semana, y no tenía esperanza de que las cosas fueran a cambiar
pronto. Además, había aceptado la apuesta, así que no podía irme
realmente y dejarlo solo sin retirarme de ella, y no iba a hacer eso.
Había dado mi palabra y me iba a mantener firme a ella.
El miércoles, finalmente recibí un correo electrónico sobre el trabajo
en la biblioteca, y me querían para una entrevista la siguiente tarde. Era
con poca antelación, pero acepté. El dinero que había hecho en mi
trabajo de verano en el restaurante Lobster Shack de la ciudad estaba
desapareciendo rápidamente.
Encontré el departamento en la parte trasera de la biblioteca,
escondida en una esquina. Había un montón de tuberías y fea pintura
verde, y estaba claro que ésta era una parte olvidada del edificio.
Me reuní con Tom, el jefe del departamento, y me preguntó por mi
ética de trabajo y todas esas preguntas sobre horarios y así sucesivamente.
::

Cosas típicas. Había practicado antes de venir y estaba agradecida.
Había pensado en pedirle a Justin que me dejara practicar con él,
pero sólo me habría hecho preguntas ridículas y no habría sido de ayuda.
Así que le había pedido a Renee que me ayudara cuando Justin
estaba en clase.
En general, me pareció que fue bien y cuando le di la mano a Tom y
me fui, me sentía completamente segura de que lo tenía.
Hice un desvío por el gimnasio antes de volver al departamento.
Habían pasado siglos desde que había entrenado y realmente
extrañaba mis clases de kickboxing. Por suerte, había una hoja de
inscripciones para clases los sábados por la tarde, e inmediatamente puse
mi nombre en ella. Usé el caminador elíptico por un rato y luego hice un
poco de levantamiento de pesas, pero deseé tener algo que golpear.
Todavía estaba sintiéndome exitosa por mi entrevista y mi
entrenamiento esa noche cuando Justin decidió hacer otra deliciosa
cena y traer a todos. Se había convertido de alguna manera en un ritual, e
incluso habíamos recogido a más gente de nuestro complejo que había
olido la comida y se acercaron.
Aquella noche terminamos dándole de comer a no menos de
catorce personas. Habíamos convertido nuestro departamento en un
comedor, atípico y en realidad habíamos comenzado a dejar la puerta
abierta. La gente entraba y saludaba, y me di cuenta de que me
gustaban muchos de ellos.
—¿Qué vas a hacer para el equipo esta noche? —dije.
Justin estaba rodeado de bolsas de compra. No tenía idea de
dónde sacaba su dinero, ya que nunca había mencionado un trabajo.
—Bueno, ya que estamos alimentando a casi la mitad del campus,
pensé que podríamos hacer pizza. Entonces todos pueden hacer la suya y
cocinarlas en sus propios hornos.
—Suena a un plan. ¿Necesitas ayuda?
—Sí, si pudieras comenzar a picar esos pimientos, sería genial.
Saqué una tabla de cortar y comencé a picar. Renee vino y me
ayudó cuando llegó a casa, y Darah llegó al poco tiempo con Mase, sus
dedos entrelazados con los de él. Eran una pareja extraña, pero de alguna
manera funcionaban. Mase era tan relajado y tranquilo, y Darah tan tensa
::

y ordenada. Tal vez se complementaban. El tiempo lo dirá. Dios, si
terminaban, iba a ser realmente incómodo.
Todos ayudaron y armamos una cadena de armado. Gregg y Todd,
dos de los chicos que vivían al lado, ofrecieron su horno, y comenzaron a
poner las masas tan pronto como las pudimos terminar. Era un completo
caos, pero de alguna manera de eso surgía un grupo de personas
dedicadas a un mismo objetivo: deliciosa pizza. Me negaba a acercarme
a los salchichones, así que Justin lidió con ellos, lavándose las manos
luego y ayudándome a armar mi pizza vegetariana y empujándola en el
horno junto con la pizza de sólo queso.
Nuestra fiesta de pizza se esparció por el pasillo mientras la gente o
bien se quedaba parada o traían sillas de sus propios dormitorios. Pusimos
algo de música, y fue ruidoso y loco y divertido. Sophie, Heather y Gabby
también ofrecieron que usáramos su horno, poniendo allí pizzas ya hechas
para que se mantuvieran calientes.
Sacamos los vasos de plástico rojo y todos trajeron el alcohol que
tenían. Justin encontró algo de ron especiado en alguna parte y me hizo
un ron con Coca Cola. El alcohol fluyó y todos contaron historias y rieron.
—¡Jueves sediento!: —gritó alguien y luego uno detrás de otro, y
todos fuimos obligados a beber. Esperé que nadie llamara a ningún
Asistente de la Residencia para que venga a chequear las identificaciones.
Estaríamos definitivamente jodidos.
En un momento Justin sacó su guitarra y comenzó a tocar.
—¡Free Bird! —gritó alguien. Justin rodó los ojos y la tocó, y todos
cantamos. Entonces alguien gritó otra canción, luego otra. Convertimos
nuestra noche de pizza en un improvisado canto a coro. Me uní y atrapé a
Justin mirándome. Él tocaba, pero no cantaba. Terminamos con una
interpretación conmovedora de Billie Jean.
Todos se arrastraron de vuelta hacia sus habitaciones luego de
deshacerse de sus platos y vasos y servilletas. Todos accedimos hacerlo de
vuelta el siguiente jueves, y todo el mundo comenzó a votar por noche de
tacos. Estaba bien con eso, siempre y cuando pudiera hacer el mío en un
recipiente aparte.
:
Thirsty Thursday: es un término urbano de las universidades, donde los estudiantes
comienzan antes el fin de semana y se emborrachan los jueves, generalmente porque no
tienen clases los viernes temprano por la mañana. Se repite todos los miércoles.
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Dev y Sean querían que Justin fuera a jugar videojuegos, pero se
negó. Renee dijo que tenía que ir a la biblioteca, y yo decidí ir con ella.
Tenía un artículo que escribir para la clase de Historia Medieval que
iba a requerir mucha concentración. Me había acostumbrado a
escaparme a la biblioteca frecuentemente. Tratar de hacer la tarea con
Justin alrededor era muy molesto.
Comenzó a lloviznar cuando salimos, así que para cuando llegamos
allí, estábamos ambas empapadas e irritadas. Por suerte nuestros bolsos
eran a prueba de agua, así que nuestros libros y mi portátil no se habían
dañado.
Renee se puso a trabajar de inmediato, sacando uno de sus libros de
anatomía—el tipo con imágenes gráficas de asquerosas enfermedades.
Diug. Abrí mí portátil e intenté resistirme a la urgencia de apretar el ícono
de internet. Abrí un documento en blanco de Word y saqué la
investigación que había hecho el otro día. Ugh, esto iba a ser horrible.
Dos horas más tarde, tenía diez páginas, dolor de muñecas y ardor
en los ojos. Renee había conseguido leer veinticinco páginas, lo cual era
mucho considerando que la impresión era absolutamente microscópica y
tuvo que tomar muchas notas. Ambas nos estiramos y parpadeamos varias
veces para asegurarnos de que los ojos todavía nos funcionaban.
—Estoy vencida. ¿Estás lista? —dijo Renee, volviendo a poner su libro
en su bolso mientras yo recogía mi portátil.
—Me pregunto qué habrá tramado Justin mientras estuvimos fuera.
—¿Quién sabe? Realmente me pregunto qué hace cuando no
estamos alrededor.
—Probablemente se masturba. Realmente no puede hacerlo
cuando estás durmiendo en la misma habitación que él.
—Oh, Dios, ni siquiera quiero pensar en eso.
—Sabes que lo hace —dijo Renee, empujando la puerta de la
biblioteca para abrirla. Estaba completamente oscuro, las lámparas de
seguridad completamente iluminadas.
—En serio, en serio no quiero saberlo. —Sí, sabía que los chicos tenían
que hacer eso, pero no significaba que quisiera pensar en eso,
especialmente en Justin haciendo eso.
—Oh, madura —dijo Renee, empujando mi hombro. Cambié de
tema y hablamos de eso por la horrible colina y hasta las escaleras.

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