{ Capítulo 33 }

By Unknown - 21:11



Cosas, pero nos hacía jugar uno en cada una de nuestras sesiones y
siempre eran estúpidos.
Este incluía a uno de nosotros siendo vendado en los ojos, y al otro
guiándolo de un lado de la habitación al otro. Se suponía que construiría
confianza, pero todo lo que hizo fue hacer que quisiera dirigir a Justin
para que se pudiera chocar con cosas. Eso le ofreció a Justin una
oportunidad para hacerme ver como una idiota, caminando en círculos
con él haciéndome hacer locas danzas una y otra vez.
—Eres un imbécil —le dije mientras subíamos por las escaleras.
—Nada que ya no sepa, Missy.
—Te odio.
—Buen intento.
—¿Te amo? —Merecía la pena intentarlo.
—No aún. Pero lo harás. —Fui a nuestra habitación y le cerré la
puerta en la cara.
a semana siguiente fue extrañamente tranquila. Justin dejó su
asalto verbal acerca de mi secreto, por lo que me sentía
agradecida, pero sólo quería decir que usaba otros medios para
tratar de deshacerse de mí. Calmarme en una falsa sensación de
seguridad, o algo así. Sabía que no se rendiría. Sólo tendría que sacarlo
primero. O por lo menos averiguar en qué estaba.
Algo que me distrajo de Justin era Renee. Ella había estado muy
extraña y reservada. Había ido por largas cantidades anormales de tiempo
a la biblioteca y había vuelto con una sonrisa tonta en la cara. Le pregunté
si había conocido a un chico lindo en las estanterías, pero se limitó a sonreír
y me dijo que algún día lo entendería.
Darah ni siquiera había intentado averiguarlo, pero no habría
conseguido nada de nada. Una noche, cuando Mase había terminado y
estábamos cenando mientras Renee había salido otra vez, hablamos de
las posibilidades.
—Tiene que ser Paul —dijo Justin. Coincidía, pero no iba a admitirlo.
—Tiene que estar conectando con alguien y no nos dice al respecto
—dije.
—Renee es terrible para guardar secretos. ¿Por qué de repente es
buena en ello? —dijo Darah.
Me encogí de hombros. —No lo sé, pero lo último que nunca haría es
admitir que se ha equivocado. Sabes que odia eso más que cualquier otra
cosa.
—Es verdad. Pero vi a Paul un par de días y no dijo nada al respecto.
—Eso es raro —dije.
::
El misterio de Renee se resolvió esa noche cuando oí un ruido en la
sala de estar y luego risas en voz alta.
—Oye, despierta y ponte los pantalones —susurré a Justin,
agarrando su bóxer y lanzándoselo.
—Tiene que ser Renee —dijo—. Suena como su risa. —Entonces oí
una voz masculina.
—Parece que vamos a resolver el misterio de su cita de estudio. —Me
encontraba detrás de él cuando fue a abrir la puerta y vio lo que pasaba.
Contó hasta cinco en voz baja antes de hacerlo.
—Oh, Dios mío —dije, apartando los ojos. Renee y Paul enredados en
el sofá, ambos a medio vestir y en camino a desnudarse completamente.
—Oh, hola —dijo Renee, riendo cuando nos vio. Borracha. Estaba
borracha—. Este es Paul.
—Nos conocemos —dije. Paul parecía estar un poco más sobrio y al
menos tuvo el buen sentido de lucir mortificado.
—Es un placer, ah, conocerte, Paul —dijo Justin—. Sólo vamos a,
um, volver a la cama. Ustedes dos... tengan una buena noche.
Nos escabullimos de regreso a nuestra habitación tan rápido como
pudimos.
—Dios mío —dije cuando ya habíamos cerrado la puerta.
—Bueno, supongo que el misterio está resuelto. —Me miró y se echó
a reír, apoyando la espalda contra la puerta. Oímos a uno de ellos
levantarse y chocar contra la mesa y luego Renee riendo como una loca.
—Es una buena cosa que Darah esté con Mase esta noche.
—Uf, realmente no quiero pensar lo que va a pasar en la habitación
de al lado. Voy a necesitar mis tapones para los oídos esta noche.
—¿Por qué? ¿Qué otras personas tengan relaciones sexuales te hace
sentir incómoda?
—No, es sólo raro. Tenerlos justo ahí —dije, señalando a la pared.
—Esa es la universidad para ti. —Se alejó de la puerta y volvió a la
cama, arrojando el bóxer en el suelo y suspirando.
Aparté la vista y volví a la cama.
—No estás celosa, ¿verdad? ¿Ya qué no eres la afortunada?
—Ella está borracha. Probablemente ni siquiera lo recuerde.
::
—Estás celosa. Bueno, Missy. Ya te he dicho que podemos arreglar
esto.
—¿Por qué todo se reduce a tener sexo contigo?
—No se trata sólo de sexo, Missy. A pesar de que esa parte es muy
divertida. Es la otra cosa. El despertar desnudo al lado de alguien y saber
que has compartido algo. Que estuviste conectado, aunque sea por unos
minutos.
—¿Eso es lo que significa para ti? —No podía imaginarme teniendo
ese tipo de relación con Chastity o con quien sea que él haya tenido
relaciones sexuales.
—Lo sería contigo.
—¿No es con todos?
—Bueno, ¿has conectado con todos lo que has estado? —Mierda.
No había esperado que diera vuelta esto sobre mí.
—No —dije con demasiada rapidez. Maldita sea.
—Jesucristo —dijo, sentándose y agarrando la manta para que no se
cayera.
—¿Qué?
—Eres virgen.
—No —dije, sonando muy parecido a alguien que miente.
—Mierda. Oh, mierda. —Actuaba como si acabara de atropellar a
un perrito con su coche.
—Me voy a la cama —dije, porque no tenía nada más que decir.
—¿Eso es todo? ¿Tu gran secreto?
Oh, si sólo fuera eso. No respondí.
—Siento que te he profanado ahora. ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Por qué es importante? Bien, ahora sabes que soy un bicho raro.
Felicitaciones.
—Eso no es lo que quise decir. Cristo.
Me sentía mortificada y no sabía por qué me molestaba tanto. No
era un secreto que guardé tan estrechamente, pero estaba muy cerca de
serlo. Esto era por qué no había querido que Justin se hiciera cercano.
Debido a este momento.
—Deberías haber dicho algo. Me hubiera detenido.
::
—No soy una niña, Justin.
—Lo sé, pero no te habría dicho todas esas cosas si lo hubiera
sabido.
—¿En serio? ¿En serio? —Me senté, finalmente mirándolo.
—¿Quizás? No sé. Simplemente parecías tan segura.
—Quieres decir promiscua.
—No. Definitivamente no quería decir eso. No eres ese tipo de chica.
Sólo quería decir que parecía que tenías experiencia, que sabía lo que
hacías. Supongo que... Guau.
Negó con la cabeza con incredulidad.
—¿Eres realmente una virgen?
Respiré hondo antes de contestar. —Sí.
—¿Pero has hecho otras cosas? Como, ¿físicamente?
—Si me preguntas si alguna vez he dado o recibido sexo oral o he
sido acariciada, la respuesta es no. He sido besada, y mi seno ha sido
agarrado una vez por un tipo quien estoy bastante segura de que nunca
tendrá hijos después de lo que le hice.
Por primera vez, Justin se quedó sin habla. Punto para mí.
—No sé qué decir —dijo.
—Entonces, tengo una idea, no digas nada. Buenas noches.
—No, no, no. Estamos hablando de esto.
Le oí alcanzar su bóxer, y luego una camisa. Hmm. Un minuto más
tarde, el final de mi cama se hundió.
—Oye, habla conmigo. Yo sólo... sólo parece incomprensible que no
haya sucedido todavía. Si gritaras por la ventana ahora mismo que eres
virgen, habría por lo menos cien tipos en fila en cinco segundos.
—Lo que sea. —Me negué a girarme y mirarlo. Sólo quería que se
fuera a la cama para que así pudiera seguir con mi muerte interior en paz.
—¿Nadie lo ha intentado siquiera?
—No. —Claro, me habían invitado a salir, pero nunca había ido. Y
cualquiera que intentara algo por lo general terminó con una entrepierna
muy adolorida.
::
—Entonces, debe haber algo en el agua donde vives que altera la
lógica. Probablemente deberías alertar a alguien sobre eso, porque eso es
una locura.
—Me llamaban la Reina de Hielo —murmuré.
—¿Qué?
—Me llamaban la Reina de Hielo —le dije, dándome la vuelta. Tal vez
si satisfago su curiosidad, se iría.
—No lo hicieron. ¿A ti?
—Creo que era más fría cuando iba a la escuela secundaria. Tal vez
me has descongelado.
Su mano tocó mi hombro. —Lo siento por todo.
—No tienes que hacerlo. Sólo piensa antes de hablar la próxima vez.
No quieres ir insultando a vírgenes. Podemos ser feroces cuando queremos.
—Lo tendré en cuenta. Buenas noches. —Por fin se levantó y volvió a
su cama—. Ah, y si alguna vez decides entregar esa carta V, estoy aquí.
Para que lo sepas.
—Estoy muy consciente.
—Bien. Porque podría ser increíble. Tú y yo.
—Buenas noches —dije, porque se sentía como la millonésima vez.
—Buenas noches, Missy.
***
Justin fue ridículamente amable conmigo durante dos semanas,
mientras pasábamos los últimos momentos del verano al otoño.
El otoño era mi estación favorita. No sólo porque era mi cumpleaños
en noviembre, sino debido a Halloween y las hojas crujientes y cosas
perfumadas de calabaza y sombreros y bufandas lindas. ¿Qué no me
gustaba del otoño? No podía pensar en nada.
Usualmente me gustaba hornear en el otoño, así que una noche
preparé galletas de calabaza glaseadas con queso cremoso que hizo a
Renee proponerse, sobre una rodilla y todo.
—Gracias, cariño —dijo Paul mientras tomaba otro. Desde que
Renee lo había traído a casa, Paul se había convertido en un fijo en
::
nuestro apartamento. Él y Justin se cayeron bien enseguida y ya habían
tenido varios torneos de Halo extremadamente intensos y sesiones
improvisadas de guitarra. Paul tenía una guitarra y, bueno, no era tan
malo. Renee se sentaría y miraría, tocando su mano y meneando la
cabeza y gritando peticiones.
Nunca la había visto tan feliz. Sonreía de oreja a oreja la mayor parte
del tiempo, y siempre estaba tocándolo, riéndole y besándolo. Él era dulce
y divertido y una especie de idiota. Me gustó incluso más que la última vez
que los vimos. Parecía más asentado. Más suave.
Entre Paul, Justin y Mase, teníamos bastante presencia masculina en
nuestro lugar. Así que agrega a Sean y Dev y teníamos una buena tropa.
Me acostumbré a tener un millón de personas alrededor, todos subiendo
unos sobre otros. Las cenas eran una producción, por lo que nos
asegurábamos de que teníamos algo para todo el mundo. De alguna
manera, aunque yo era más joven, me había convertido en una especie
de madre para todos. Cuando cenamos, nadie se acordaba de agarrar
una servilleta y siempre necesitaban algo y usualmente yo solía ser la que
iba por ello.
Todavía llevaba el anillo. Sólo me lo quité para la ducha, y mi mano
se sentía fría y desnuda sin él. Justin no había hecho mención de los
costos, y yo andaba en una especie de dejarlo ir. O al menos eso pensó.
Me encontraba decidida a averiguar de dónde sacó el dinero. Sabía que
no vendía drogas o robaba bancos ni nada de eso, pero sabía que tenía
algo que ver con Joe. Simplemente tenía que serlo.
La misma noche que hice las galletas de calabaza, limpié nuestra
habitación, o al menos mi lado de ella, cuando vi lo que parecía un
arrugado cheque. Intrigada, lo desdoblé.
Fue realizado para Justin con un monto de cinco mil dólares.
—Mierda —dije, dejando caer el cheque.
—¿Qué estás haciendo? —dijo una voz detrás de mí. La voz de
Justin.
—Limpieza. Y deja de acercarte sigilosamente a mí.
—¿Qué te sorprendió tanto?
—Nada. Nada. —Traté de empujar el cheque con el pie por lo que
quedaría debajo de una camiseta que no había tomado aún, pero me
atrapó. El muchacho era demasiado malditamente observador.
—Entonces, ¿por qué estás tratando de ocultarlo?

  • Share:

You Might Also Like

6 comentarios

  1. Estoy que me muero por saber que sigue... porfis siguela....:D

    ResponderEliminar
  2. omg¡¡¡ por Que ladejas en la mejor parte quieres matarme siguelaaasaaa ame los capi bye <3<3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajaja YA LA SEGUÍ !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1111uno WOOOOOOOOOOOOOOO JAJAJ espero que te gusten.

      Besitos xddd

      Eliminar
  3. Siguelaaaaa Esta Genial LA AMO! Besos -Mari

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. YA LA SEGUÍ PRECIOSA !! JAJAJ HOY ESTOY HAPPY Y A LO MEJOR HAY MÁS CAPÍTULOS SI OS PORTÁIS BIEEEEN (No estoy gritando es que me encantan las MAYÚSCULAS JAJAJA )

      Gracias por el comentario y Bienvenida al Blog Bessos xdd

      Eliminar