{ Capítulo 28 } Maratón 10/10

By Unknown - 14:20



Sabía que mi cara se encontraba roja por el alcohol, pero se puso
más roja y más caliente con él detrás de mí.
—Seguro.
Me sentía un poco insegura cuando me bajé de mi taburete, pero
podía caminar bien. Dev y Sean estaban ocupados charlando con dos
chicas que habían visto al otro lado del salón y se encontraban al acecho.
No creo que se fueran a sus departamentos esta noche.
—Voy a emborracharte con más frecuencia. Estás muy obediente
hoy —dijo Justin.
—No estoy borracha Justin. —Realmente no lo estaba.
Apenas sonó agradable. Nunca había estado borracha antes. No
parecía como una cosa que me gustaría hacer.
—Todavía no. Sólo tengo que conseguir que tomes un par de copas
más y entonces estarás desmayada en mis brazos.
—Como sea.
Tomé su mano y lo llevé a la pista de baile, que, sorpresa, se
encontraba llena. Golpeé y empujé hasta que encontré un poco de
espacio. Justin vino conmigo, haciendo su propio lugar. Empecé a
moverme, pero Justin me detuvo.
—Oh no, no te traje aquí a bailar así, por mucho que me encantaría
verte hacer eso con tus caderas. —Me dio un tirón para acercarme,
envolviendo sus manos alrededor de mi cintura y arrastrándolas desde mi
espalda hasta mi trasero. Cuidado, señor.
—Quiero bailar —dijo, empezando a moverse—, de esta manera.
Quiero bailar como si fuéramos la misma persona.
—Creí que no te gustaba.
—No me gustas —musitó, y luego cerró los ojos por un momento.
Antes de abrirlos de nuevo y mirarme fijamente—. Baila conmigo. Sólo baila
conmigo.
Entonces lo hice.
Bailamos durante lo que parecieron horas. Justin me dejó por un
momento y volvió con otra copa, que yo de alguna manera equilibraba
mientras bailábamos. Mi cuerpo se sentía líquido, pesado y suave. Justin
tenía otra bebida y parecía estar perdido. Como ese momento en su
habitación cuando habíamos sido las únicas dos personas en un planeta
que había sido detenido.
::
:

Sus manos estaban sobre mí, las mías puestas en él, los dos
sudábamos y respirábamos con dificultad, y la música hacía que me
doliera la cabeza y me golpeaba en el cráneo, haciendo que todo fuese
demasiado y no suficiente a la vez.
Con el tiempo comenzó hacer demasiado calor y empecé a
alejarme para tomar un descanso. Justin me siguió, y fue como si la
burbuja en la que habíamos estado bailando se reventara.
—¿Quieres otra copa?
—Un poco de agua estaría bien —le dije, abanicándome.
Dev y Sean habían venido a decirnos que se irían a una fiesta en una
casa con las dos bellas damas cuyos nombres no podía recordar en este
momento. Me encontraba abandonada en mi momento de necesidad.
Justin volvió con un vaso de agua, con una rodaja de limón para mí
y otra cerveza para él.
—¿Cómo te sientes?
—Bien —le dije.
—¿Estás lista para irnos pronto? —Todavía era temprano.
—¿Por qué, a dónde quieres ir?
Se encogió de hombros. Sí, el momento de baile había terminado.
Cada uno de nosotros tomó un sorbo de nuestras bebidas en silencio.
—Aún no me gustas —dijo de pronto—. A pesar de todo esto. —
Movió su mano. Supuse que indicaba la expresión vertical del deseo
horizontal que habíamos estado teniendo sólo unos minutos atrás. Volvimos
a caminar esa línea fina entre compañeros de habitación y... lo que sea.
Justin bebió su cerveza, y bebí mi agua. Estábamos sentados en el
mismo bar, pero era como si estuviéramos sentados uno frente al otro con
el Gran Cañón entre nosotros.
Justin terminó su cerveza y pidió otra. Ya iba por su quinta o sexta,
no podía recordar. Nunca lo había visto beber con tanta libertad. Me
senté y jugueteé con mi teléfono, bebí mi agua y observé a los otros
bailarines. Justin no quiso hablar conmigo, a pesar de que lo intenté un
par de veces.
Después de que terminó su bebida más reciente, le dije que estaba
lista para irme. No había vuelto a ser la noche de diversión que esperaba.
Los recuerdos de Justin y el baile crepitaban en mi mente, fijándose en mí
como fuego.
::
:

Caminamos de regreso a nuestro apartamento lentamente, tratando
de no tropezar con nuestros pies inestables.
A él le iba tan mal como a mí. Cuando llegamos a nuestro
departamento, Justin se estrelló en el sofá. Me senté en el sillón, tirando los
pies hacia arriba y apoyé la barbilla sobre mis rodillas.
—¿Estás enojado conmigo?
—¿Qué? —Era como si acabara de recordar que estaba allí. Como si
hubiera estado en trance.
—¿Estás enojado conmigo? Apenas me has dirigido una palabra en
toda la noche.
—No todo se trata de ti, _____ —espetó.
—Ya lo sé, imbécil. ¿Por qué no quieres hablar conmigo? Algo
obviamente te está molestando. Tengo una idea que tiene que ver con tu
reunión secreta con el misterioso Joe. ¿Me estoy acercando?
—No tienes ni idea de lo qué estás hablando —dijo, con ojos fríos
como el acero.
—Entonces ilumíname. No tienes que guardártelo todo.
—Quizá sí. Ya te he dicho que no quieres saber la verdad, así que no
voy a decírtela.
—No me digas lo qué debo y qué no debo hacer, Justin Bieber.
No sabes nada sobre mí.
Cerró los ojos, como si estuviese intentando recobrar la compostura,
o rezando por paciencia.
—Sueles escuchar a Pistol Annies cuando estás enojada, por lo
general conmigo. Reconozco tu risa falsa de la real. Tienes una gran
carcajada, por cierto. Sé cuáles camisas son tus favoritas, porque son las
primeras que te pones luego de que lavas la ropa. Lames tu labio inferior
cuando intentas concentrarte en la lectura de un libro de texto. Lloras
durante los comerciales de animales maltratados cuando crees que nadie
está mirando. Así que no, no te conozco en absoluto.
—Eso no significa nada —susurré.
—Significa algo.
—Pensé que no te gustaba.
—No quiero que me gustes. —Se levantó y se agachó delante de mi
silla tan rápido que casi salté—. ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Son tus ojos?
::
:

¿Tu sonrisa? ¿Esa risa sexy? ¿La forma en que no aceptas mi mierda? No sé.
Todo lo que sé es que no me gusta. No me gusta.
Acercó su cara hasta la mía. Su aliento olía ligeramente a cerveza,
pero más como él. Ese olor picante que se aferraba a él.
—No me gusta —susurró contra mis labios. Ellos casi se tocaban.
Casi...
Pero se retiró.
Había tenido suficiente. Si no besaba a este chico aquí mismo, ahora
mismo, me iba a morir. Cerré mi mano en la parte posterior de su cabeza y
tiré de su cabeza hacia la mía. Basta de hablar. Hora de los besos.
Nuestros labios se encontraron y eso fue todo. Toda nuestra
resistencia se desmoronó y, de repente, estaba siendo echada hacia atrás
cuando Justin intentaba devorarme no muy gentilmente. Aterrizamos en
el suelo cuando el sillón se volteó hacia arriba.
—Ow —dije contra su boca.
—Hm —dijo, ignorando el hecho de que el sillón estaba de abajo
hacia arriba y que nos encontrábamos en el piso. Me agarró y me rodó
sobre mi espalda, por lo que ahora estábamos libres de la silla que había
saboteado nuestro beso.
—No me gusta esa silla —dijo mientras me besaba mi rostro y mi
cuello. Froté las manos de arriba y abajo por su cabeza, amando la
sensación de hormigueo de su pelo corto contra mis palmas. Tenía un
poco de barba en su cara, y podía sentir que raspaba mi piel hipersensible.
Me mordió el lóbulo de la oreja, y me reí porque hacía cosquillas.
—¿De qué te ríes?
—Cosquillas —fue la única palabra que pude formar antes de que
sus labios estuvieran en los míos de nuevo, y luego su lengua dentro mi
boca. Besar a Justin no se parecía a nada que hubiese experimentado
antes. Era terrible y maravilloso al mismo tiempo. Estaba demasiado,
demasiado cerca, su boca era demasiado exigente. Nunca me habían
besado así antes, con pura e inalterada necesidad.
Ningún hombre nunca me había besado como si su salvación
dependiera de ello. Justin me besó como si fuera al infierno, como si éste
fuese su último beso y quisiera sacarle provecho.
—Eres tan hermosa —dijo cuándo se retiró para tomar aire por un
segundo. Estaba teniendo problemas con eso mismo.
::
En lugar de contestar, extendí mi mano hasta sus labios. Quería
besarlo mucho más de lo que quería el oxígeno.
El sonido de la puerta al cerrarse sonó como a kilómetros de
distancia, pero luego una voz dijo—: Bueno, hola por allí.
Justin y yo levantamos la mirada para encontrarnos con la irritada
cara de Renee.
—Ya era hora.

  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios