{ Capítulo 20 } Maratón 2/10

By Unknown - 14:10



del área más importante. Hizo un pequeño ruido, como un gemido y se
fue, dando un portazo.
¿Quién se encontraba en el asiento del conductor ahora?
***
—¿Quién es Joe? —le dije cuando Justin regresó después de una
larga ducha. Se veía claramente gruñón.
—Te lo dije, un amigo de la familia. No metas tu bonita nariz en los
lugares que no te corresponden, Missy. Puedes encontrar algo que
desearías no haber encontrado. —Él no tenía ni idea.
—¿Cómo sabes que no tengo secretos?
—Oh, sé que los tienes. No soy tan abierto como tú cuando alguien
intenta descubrirlos. La mejor manera de conseguir lo que quieres es fingir
que no lo quieres.
—¿Así que me estás diciendo que no me quieres? —Podría haberme
engañado—. Yo estaba bastante segura de que no le proponías a la
gente cada cinco minutos si no querías dormir con esa persona.
Me señaló. —Tú eres mi excepción Missy. No hago excepciones muy
a menudo. Esto es mala suerte. Puedo quererte sin gustarte, así que esto lo
tomo como una confirmación de que me gustas.
—¿Soy la mala suerte?
Se echó a reír.
—No, Missy, eres un premio gordo. El mejor golpe de suerte.
—¿Así que estás diciendo que quieres acostarte conmigo?
—¿Teniendo en cuenta que he tomado mi millonésima ducha fría
desde que me mude aquí y que tengo que recitar constantemente el
discurso de Gettysburg y la Declaración de Derechos en mi cabeza
cuando estoy cerca de ti? Sí, yo diría que sí. ¿Por qué razón me quieres tú
también?
—No. Te odio. —Le di una oportunidad.
—No se trata de una oportunidad, Missy. Pero si quisieras terminar
con esto, podría estar fuera de aquí en una hora. —Saltó sobre su cama y
comenzó a sacar su camiseta sobre su cabeza. Oh, Dios.
::
:

—No.
—¿No? —Se detuvo, con la mitad de su estomago expuesto.
—No. —Mi voz era firme. No iba a pasar. Bromas aparte, si alguna vez
trataba de forzarme, tendría que arrastrarme fuera de su cuerpo muerto,
porque lo golpearía hasta la muerte. Debe haber visto mi ira en aumento o
la sensación de que estaba a punto de hacer una locura de nuevo,
porque se metió la camiseta de nuevo y levantó las manos en gesto de
paz.
—Mensaje recibido. Mi camiseta se queda en su sitio. Bueno, hasta
que nos vayamos a la cama, pero eso no es nada nuevo. —Frotó su
tatuaje nuevo. Lo había visto hacer eso más de una vez.
Hubo otras pequeñas cosas en las que me fijé de él. Como le
gustaban los números tres, cinco y siete. Pues bien, el siete era obvio. El
cinco era más sutil. Le había oído contar en voz baja una vez, como si
fuera una manera de calmarse a sí mismo o algo parecido. Cuando
entramos, a veces contaba sus pasos, uno, dos, tres, cuatro, cinco, uno,
dos, tres, cuatro, cinco. Nunca había dicho nada al respecto porque sabía
que él no era consciente de eso, o que no creía que yo era consciente de
ello. No quería que él supiera que me había dado cuenta de esas cosas.
Cuando pasamos nuestra noche de pizza con nuestros vecinos, se
había asustado porque éramos trece personas.
—Es desigual. Tenemos que ser catorce. —Así que asomó su cabeza
por el pasillo y gritó—: Pizza gratis. —Y un tío al que nunca habíamos visto
vino con nosotros, y Justin parecía aliviado. Siempre le daba a mis cosas
de pavo real muchas vueltas.
Justin estaba tranquilo, ya que ambos habíamos terminado nuestra
tarea y nos habíamos preparado para la cama.
—Escribí algo para ti —dijo, agarrando su guitarra para nuestra
noche de sexo música, como él la llamaba. La primera vez que escuché su
voz cantando, me sorprendió. Su voz cuando hablaba era increíble, pero
su canto era como si la miel y el humo se hubieran enganchado en la
parte trasera de una camioneta en un concierto de rock y tuvieron un
cariñoso hijo. Era suave y áspero al mismo tiempo.
—Genial. No puedo esperar para escucharla.
Rasgó una cuerda y sonrió.
—Oh, créeme. Este es un material espectacular. Top Ten. Disco de
Platino. —Empezó con una melodía serpenteante.
::
:

“Te voy a contar una historia de una chica que conozco,
Su nombre es Missy, y quiere hacérmelo,
Quiero hablarte de mi chica Missy,
Su cabello es castaño y sus labios son de color rosa,
Sus ojos son de color verdoso o azulado creo,
Ella lucha y coquetea conmigo todo el día,
Es por eso que me decidí a escribir esta canción,
Puede pensar que he cruzado la línea,
Pero me dice que me odia todo el tiempo,
Así que realmente no crean nada de lo que dice.
Me gusta la forma en que se ve cuando está enojada conmigo,
Me gusta la forma en que sonríe cuando piensa que nadie la ve,
Puedes pensar que esta canción significa que me gusta,
Pero ella estaría muy equivocada,
Me aburría mucho, por lo que me decidí a escribir una canción,
Hay dos cosas más sobre Missy que me gustan,
¿Podría alguien entregarme un micrófono por favor?
La forma en que se pone su aparato de dientes cuando lee
obscenidades vampíricas,
Y realmente, realmente me gusta su… Me guiñó un ojo.
…culo.”
Le tiré una almohada, pero eso no impidió que parara la canción. Se
trataba de mí.
“Mi tonta, linda y sexy chica Missy… chica Missy… chica Missy.”
Tocó el último acorde y la guitarra paró de sonar.
—¿Y?
Me mordí el labio para no reír. Ya que era una canción ridícula.
—¿Es posible estar a la vez impresionada e insultada?
—Claro ¿por qué no? ¿Qué piensas sobre la composición de mi
canción?
::
:

—No mucho. —No pude ocultar mi sonrisa. Nadie había escrito una
canción sobre mí, por no hablar de las cosas extrañas acerca de mí que
pensé que otras personas odiaban o encontraban poco atractivo. Lo
extraño era que no tenía idea de lo del aparato. Eso era una noticia.
—Así que te gusta el aparato, ¿eh? —le dije.
—No hay nada como una chica que tiene una buena salud bucal.
—Rodé mis ojos por eso y rasgó una cuerda—. Y un culo bonito.
—Nunca supe que era digno de una
levantándome y estirando mi cuello para mirarlo.
—Necesitas dejar de hacer eso.
—¿Por qué?
—Debido a que no debo centrar mi atención allí, ahora mismo.
—Oh, lo siento tanto. ¿Eso te molesta? —Meneé mis caderas un
poco e hice una pose.
—Eres una chica mala, mala, Missy.
—No lo olvides. —Salté de vuelta en la cama y me puse mi aparato,
dándole un pequeño golpecito y puse mis brazos como una gimnasta que
completa una bóveda.
—Diez —dijo Justin, sosteniendo diez dedos.
Era en momentos como este, cuando pensé que Justin y yo
podríamos ser algo. Que nosotros podríamos ser algo. Que tal vez… podría
ser la persona por la cual rompería mis propias reglas. Yo no había tenido
mucha suerte. Tal vez la conseguiría por una vez en forma de Justin
Bieber.
—Así que, ¿puedo obtener un pago por esa canción? Me llevo una
hora entera escribirla —dijo, moviendo la guitarra y levantando una ceja
hacia arriba y había abajo. Nunca había sido capaz de hacer eso—. ¿Por
qué no traes ese buen culo aquí y cuido de él? ¿O quieres que lo ponga
en tu ficha? —Y así como así, la sensación de suerte se había ido.
—¿Tengo una ficha? Por favor, dime lo que hay en ella.
—¿Cuánto tiempo la tienes?
—Lo que sea. —Agarré mi pijama y me preparé para dirigirme al
baño a cambiarme. Era un asco tener que hacer esto, pero no había
manera de que me desnudara en la misma habitación que Justin
Bieber. Estaba segura de que me diría que se encontraba de espaldas
pero no lo creería eso ni por un segundo. Había estado tratando de
canción
—le
dije,
::
:

pillarme sin ropa desde el primer día. De alguna manera, me las arreglé
para escapar hasta el momento.
Yo tenía mis dedos cruzados.
Cuando volví, Justin estaba desnudo bajo las mantas y con la luz
apagada.
—Y eso Justin, ¿estás cansado?
—Sí. Estar contigo es agotador, Missy.
Me metí en la cama y agarré mi E-Reader e hice clic en la luz del
libro.
—¿Con quién está ella ahora?
—El vampiro.
—¿Cuál?
—El que a ti no te gusta.
—¿Qué está haciendo con él? Ella sabe que le va a romper el
corazón. Nunca podrá amarla porque su corazón pertenece a otra. —Por
un segundo pensé que se burlaba de mí, pero luego me di cuenta de que
estaba siendo serio.
—Y no me refiero a ese hombre lobo —dice, apoyando la cabeza
sobre su brazo—. No es más que problemas.
—¿No lo son todos los hombres lobo? —le dije.
—Problemas peludos. —Negó con la cabeza.
Empecé a reír de nuevo. Parecía que había tenido un caso grave de
ellos hoy.
—Te puedes reír, pero cuando llegue la luna llena, te gustara tener
algunas balas de plata.
—Buenas noches, Justin.
—¿Me quieres?
—No.
—¿Me odias?
—Más que el DMV.
—Ohh, quema.


Volví a mi libro, y Justin se puso a dormir. Bueno, no dormía
exactamente. Me di cuenta de que seguía despierto. Justin estaba muy
quieto cuando fingía dormir. Cuando era real estaba bastante inquieto.
Leí hasta que mis ojos me rogaron que los cerrara. Pasé casi toda la
noche pensando en Justin y cómo diablos iba a deshacerme de él. Lo del
odio no funcionaba. A menos que él hiciera algo que realmente me
cabreara, que era bastante probable, o que yo tuviera relaciones sexuales
con él o hacerle creer que lo amaba.
Tres opciones. Tres caminos que podía tomar. Con tal de alejarme de
él, me quedaría con cualquiera que me hiciera conseguirlo. Estaba
dibujando la línea de inflexión en mi virginidad. Sólo había dicho que sí a
esa apuesta para meterme con él. Justin estaba loco si pensaba que iba
a llegar a esos límites para deshacerme de él. Quiero decir, realmente,
¿quién lo haría?
Pensé una y otra vez en mis opciones mientras Justin murmuraba en
sueños. La melodía estúpida que había hecho, quedó también atrapada
en mi cabeza.
Si no fuera tan imbécil, las cosas serían mucho más fáciles. Lo vi pasar
su mano por su cara y fruncir el ceño.
Lo fácil no era mi estilo.

  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios