{ Capítulo 26 } Maratón 8/10

By Unknown - 14:18



tenía una cosa que decir sobre Hope Mason. Tenía un maldito
buen sentido de la decoración. La casa era absolutamente
hermosa y todo parecía calzar, incluso si aparentemente no se
veía bien junto. Había toques sutiles que noté. Cosas que lucían como que
podrían haber venido de ventas de garaje, como un caballito de madera,
viejas latas de plata y botellas de perfume de cristal.
También había comodidades para Harper por todas partes, desde
rampas, hasta el ascensor, o un lavabo especial en su baño. Existían
además cosas extrañas colgando desde el techo de su habitación.
—Así ella puede subirse y bajarse de su silla sin ayuda —había dicho
Justin—. Cuando crezca, obtendrán más cosas para que pueda hacer
mucho más, pero ya que aún es pequeña, es más fácil cargarla.
No podía imaginarlo. Harper no parecía molesta en absoluto.
Manejaba su silla como si hubiera nacido con una palanca de control en
la mano.
Cuando habíamos vuelto de nuestro masivo recorrido, Joe
aparentemente se había ido, ya que había un auto menos en la entrada
cuando di un vistazo rápido por una enorme ventana en el estudio. No
estaba más cerca de resolver el misterio de Joe.
Harper insistió en sentarse junto a mí en el almuerzo, y tenía a Justin
a mi otro lado.
Todos comieron pollo, mientras yo devoraba una ensalada de
aguacate, mozarela, espinaca y tomate.

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—Esto es increíble, muchas gracias —dije, tomando otro bocado.
Había tenido un momento de pánico cuando ella nos llamó a almorzar,
imaginando múltiples tenedores y escogiendo el equivocado.
Afortunadamente, era un bonito día así que comimos en el porche
trasero, que era más bien como una terraza con vista a los árboles de
manzana. El olor de las hojas dulces me invadió y me hizo pensar en el
otoño, pasteles, paseos en camión y tallar calabazas. Yo amaba el otoño.
—Recuérdame darte la receta del aderezo —dijo Hope, regresando
mi atención al momento presente.
—Lo haré.
—Mami, ¿puedo comer un poco más de sandía, por favor? —
preguntó Harper.
—Sí, Harper, puedes. Gracias por preguntar tan amablemente.
—¿Quieres un poco, Dare? —dijo Mase.
—Claro, gracias. —Darah parecía estar tan nerviosa como lo estaba
yo. Ya había dejado caer su tenedor dos veces y había chocado con su
vaso con agua.
—Entonces, _____, Justin nos dijo que estás estudiando la carrera de
Estudios de la Mujer. Eso debe ser interesante —dijo ella, colocando
algunos cuadros de Sandía en el plato de Harper.
—Quiero trabajar en un centro de crisis o algún lugar que ayude a las
mujeres a recuperarse de traumas —dije, preguntándome si esa era
demasiada información. No quería parecer una chica dañada, pero era
difícil no serlo.
—Eso es muy admirable. ¿Qué te hizo escoger esa carrera? —Me
habían preguntado eso un millón de veces, así que tenía una respuesta.
—Quiero ayudar a la gente, y esa parece una buena forma de
hacerlo.
—Bueno, ¿no eres la más dulce? Estoy feliz de que la trajeras, Justin.
Es mucho mejor que aquella otra. ¿Cómo se llamaba?
—Chastity —dijo, sin mirarme. Recuerdo ver su nombre en su
teléfono.
—Que nombre más feo. He tenido la experiencia de que cuando
nombras a una chica así, es posible que adopte la virtud opuesta —dijo
Hope, dándome una mirada cómplice. Yo también había tenido esa
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experiencia con una chica llamada Charity, que había sido todo menos
caritativa.
Estaba en la posición perfecta para patear a Justin por debajo de
la mesa, así que lo hice. ¿Quién diablos era Chastity? No sabía nada sobre
su historial de citas, excepto de que era largo y que habían muchos
nombres en ese pequeño libro negro. Para ser totalmente honesta, en
realidad no quería saber mucho. La ignorancia era la felicidad en esta
situación.
Hope trajo una torta de fresas, y todos metimos la cuchara. La
conversación se adormeció mientras masticábamos. El sol estaba alto en el
cielo, y se convertía en un cálido y perezoso sábado.
—Entonces JJ, estaba pensando que tú y Justin podrían darme una
mano con el tractor después de terminar aquí. —Asumí que JJ significaba
John Junior.
—Disculpa papi, pero vamos a cantar —dijo Harper mientras Hope
limpiaba crema batida de su rostro.
—Sí Ángel, haremos eso primero.
—Bueno —dijo Harper, asintiendo.
Terminamos de almorzar, y Justin tomó su guitarra. Darah y Mase
fueron a ayudarle a Hope con los platos, y me ofrecí, pero Hope se negó,
así que John, Justin y yo nos sentamos con Harper.
—¡Our Song! —canturreó Harper.
Oh no había forma de que Justin se supiera esa. Parecía que me
leyó la mente cuando me guiñó el ojo y comenzó la canción sin más
espera. Era claro después de tres segundos que había tocado esta
canción más de un par de veces.
Su normalmente ronca voz se mezcló con la de Harper de la forma
más adorable. Se sabía toda la letra. Tatareé junto con ellos, golpeteando
mi pie.
Terminó la canción y Harper aplaudió. —¿Podemos cantar Love
Story?
—Claro, Seven. ¿Por qué no le pides a _____ que cante con
nosotros?
—¿Cantarías, por favor? —Su pequeña voz, combinada con sus
manos unidas era irresistible. Esta niña era la clave para la paz mundial.
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Todo lo que tenía que hacer era pestañear y sonreír esa sonrisa con
hoyuelos y los líderes mundiales caerían para firmar un tratado de paz.
—Claro. —Justin comenzó la canción, y yo estaba un poco nerviosa
sobre cantar en público, pero esto no era realmente en público.
Me uní, mi voz mezclándose con las otras dos. Mi voz era un poco
más profunda para ser como la de _____ Swift, pero me encantaba cantar
sus canciones. Odiaba el hecho de que Justin sabía que cantaba en la
ducha. Probablemente debería acabar con eso.
John tuvo una llamada en su celular a media canción, y se disculpó.
Justin terminó la canción, y nuestras voces se desvanecieron.
—Tienes una bonita voz —dijo Harper.
—Gracias, Harper. —Ella era la más dulce.
—¿Quieres ver los árboles de manzana?
—Conduce el camino —dije, levantándome. Uf, he comido
demasiado.
Bajó una pequeña rampa que estaba pegada al porche mientras
Justin y yo la seguíamos.
—¿Joe no quiso unírsenos?
—Tenía otras cosas que atender.
—No es un asesino a sueldo, ¿verdad?
Justin se rió. —No.
—¿Entonces por qué tanto secreto? ¿A menos que estés haciendo
algo ilegal?
Harper cantaba mientras usaba su palanca delante de nosotros.
—Es sólo un asunto personal. Una vez más, te pregunto: ¿Por qué te
importa?
Cierro mis labios y caminó delante de él, colándome a través de los
fragantes árboles.
Justin estaba observándome. Siempre sabía cuando me miraba.
Como si estuviera diciendo mi nombre dentro de mi cabeza.
—Este es mi favorito —dijo Harper desde dos filas por delante. Todos
los árboles tenían pequeñas manzanas verdes en ellos—. Lo llamo Monty.
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—Harper le pone nombres a todos los árboles —dijo Justin con cara
seria—. Este es Walter, y esa es Shirley y esa es Cenicienta… —Continuó,
nombrando al menos diez árboles más.
—¿Tienes sus nombres en tu teléfono? —dije sin pensar.
—¿Qué?
—Nada.
Negó con la cabeza y me dio la vuelta para no estar de frente a
Harper, quien hablaba con Monty el árbol.
—La única forma de que sabrías qué números tengo en mi teléfono
sería si miraste en el, lo cual sería una invasión a mi privacidad.
—Oh, ¿cómo ir por mi bolso y encontrar mis llaves en él, verdad?
¿Cómo tomar mi lector electrónico, verdad? ¿Cómo tratar de verme
desnuda, verdad? Sucio hipócrita —protesté, dando un vistazo para
asegurarme de que Harper aún seguía hablando con el árbol.
—No toques mi teléfono —dijo, acercándose a mí.
—Entonces no toques mi trasero.
—El problema con eso, Missy, es que quieres que toque tu trasero. Si
Harper no estuviera aquí justo ahora, querrías ser empujada contra uno de
esos árboles con las hojas en tu cabello y mis manos todas sobre ti. Yo no
quiero que toques mi teléfono.
—Eres tan idiota.
—Cuida tu lenguaje frente a Harper. Es muy impresionable. —Se alejó
y se agachó junto a la silla de Harper.
Normalmente, Justin era un imbécil, pero uno bueno—si existiera tal
cosa. Pero parecía que algo tocó el interruptor. Justin nunca había sido
malo conmigo. No así. Tuve la clara sensación de que tenía algo que ver
con Joe y el misterioso encuentro.
—¿Regresarás y me ayudarás a recogerlas? —dijo Harper después
de haberme presentado a muchos otros árboles.
—Por supuesto que lo haré —dije, inclinándome junto a su silla. Ella
subió los brazos para un abrazo, y le di uno.
—¿Lo prometes?
—Promesa de meñiques.
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***
Mientras Justin y Mase trabajaban en el tractor —yo dudaba mucho
la existencia de dicho tractor— y Darah jugaba con Harper, Hope y yo
tuvimos una pequeña charla. Darah me dijo que ella ya había tenido el
interrogatorio de Hope esa mañana y que no fue tan malo.
—Eres una cosita tan linda. ¿Qué haces con un chico como Justin?
Casi me ahogo con mi tercer vaso de té helado. Esa cosa estaba
rica. —Honestamente no lo sé.
Me dio una mirada. —Puede ser un chico dulce cuando quiere, pero
algunas veces me preocupo por él. Ni siquiera quiero saber lo que ha
estado haciendo últimamente.
Nada bueno, eso era. Demasiadas cosas malas. Me mordí la lengua.
—Sin embargo, tiene ese encanto de chico malo —dijo con una
sonrisa. Diablos esa mujer podría ganar el Campeonato Mundial de
Sonrisas—. John también era así. La palabra Problema escrita sobre él.
Darah y Harper jugaban cartas y por lo que pude ver, Harper era una
patea traseros.
—Yo no estaba muy feliz cuando comenzó a ponerse tinta en su
cuerpo, te diré eso. Si su madre, Dios guarde su alma, supiera, habría
preferido tener una camada de gatitos.
Realmente, realmente quería preguntarle por la madre, pero no
quería parecer que trataba de entrometerme. Tampoco iba a decirle que
pensaba que sus tatuajes eran más que sexys.
—Mientras no se compre una motocicleta, creo que mi corazón será
capaz de sobrellevarlo. Gracias a las estrellas que John Junior nunca se
interesó en ese tipo de cosas. Le arrancaría su piel. —Me reí.
—Tienes una risa hermosa. ¿Alguien te lo había dicho?
—Justin —dije sin pensar.
—Él lo haría. —Apartó su mirada de Harper para mirarme a mí.
Realmente mirarme. Como si estuviera tratando de ver dentro de mi alma.
Traté de no titubear mientras completaba su examen.
—Pienso en Justin como si fuera mi hijo, y como su madre es mi
trabajo examinar a cada mujer potencial por la que pueda estar
interesado. Esto no es nada personal, es mi trabajo.
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—¿Y? —pregunté dudosa, esta mujer claramente tiene colmillos
detrás de esos dientes blancos como perlas. Anotado.
—No quiero que te lastime. No quiero que lo lastimes.
—Yo tampoco. No estamos involucrados… de esa forma de todos
modos. —No sabía de qué forma estábamos involucrados. Estaba
completamente segura de que aún no había una definición para ello.
Hope me dio otro vistazo con sus ojos láser. Era peor que la seguridad
en el aeropuerto.
—Aún. No están involucrados aún, pero cariño, nunca había visto a
ese chico tan feliz con alguien como contigo. Tendrías que estar ciega
para no verlo.
Sí, sí. Luché con la urgencia de rodar mis ojos. Ella no entendía cuán
complicado era esto.
—El amor es simple. Caes y eso es todo. Saldrás de lo demás. Sólo
tienes que dejarte caer y tener fe de que alguien estará allí para atraparte.
No quería tener ninguna caída. Caer usualmente te llevaba a
conocer una dura superficie de una manera desagradable.
—Está bien, eso es suficiente para el tercer grado. Ahora dime algo
más sobre ti. Esa blusa luce encantadora en ti.
No le dije que Justin la escogió. Continuamos con nuestra pequeña
charla, pero puedo decir que ella me observaba.

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