- Chapter 119 -

By Unknown - 18:08


— Te dije…— comencé
— Pidge, cuantas veces tengo que decírtelo— él frunció el seño.
Negué con la cabeza ante su tono impaciente. — No entiendo. No me necesitabas antes.
Sus dedos rozaron mi mejilla suavemente. — No te conocía antes, cuando no estás allí no puedo concentrarme. Me pregunto donde estas, que estás haciendo…si estas allí y puedo verte, puedo concentrarme. Sé que suena loco pero se como es.
— Y loco es exactamente como me gusta— sonrió, acercándome a besar sus labios.
— Obviamente— Carly mascullo bajo su aliento.

* * *
En las sombras de Keaton Hall, Justin me sostuvo fuertemente a su lado, mi aliento se mesclaba con el de él en el aire frio. Y podía escuchar las conversaciones esas filtrándose por la puerta que estaba a unos pocos metros, ignorantes a nuestra presencia. Keaton era el edificio más viejo de Eastern y aunque aquí se ha celebrado antes El Circulo, yo estaba inquieta sobre el lugar. Tony esperaba una casa llena, y Keaton no era el sótano más amplio del campus, la vigas forman un red a lo largo de los ladrillos envejecidos, solo había una señal de remodelaciones en este lugar.
— Esta es una de las peores ideas que Tony ha tenido hasta ahora— Justin murmuro.
— Es muy tarde para cambiarlo ahora— dije, mirando hacia las plataformas. El teléfono de Justin sonó y él contesto. Su rostro se tiñe de azul contra la luz de la pantalla y finalmente podía ver las líneas de preocupación entre sus cejas que ya sabía dónde estaban. Hizo clic en unos botones y luego cerro el celular, agarrándome más fuerte. — Pareces nervioso esta noche. —susurre
— Me sentiré mejor cuando Jey traiga su trasero punk aquí.
— Estoy aquí, niña quejumbrosa. —Jey dijo en voz baja. Apenas si podía ver su silueta en la oscuridad, pero su sonrisa brillaba con la luna llena.
— ¿Cómo has estado hermana?— dijo él. Abrazándome con un brazo, y empujo juguetonamente a Justin con él otro.
— Estoy bien Jey.
Justin inmediatamente se relajo, y luego me llevo a la parte de atrás del edifico de la mano.
— Si los policías aparecen y nos separamos, veámonos en la residencia Morgan ¿de acuerdo?— Justin dijo a su hermano. Nos detuvimos en una ventana abierta al nivel del suelo, la señal de que Tony estaba adentro y esperando.
— ¿Estás jugando conmigo?— dijo Jey, mirando a la ventana —____ apenas va acabar por allí.
— Pasará— Justin le aseguro, gateando en la oscuridad hacia el interior. Como muchas otras veces, me agache y me empuje hacia allí, sabiendo que Justin me atraparía. Esperamos un momento, Jey se empujo de la cornisa y cayó al suelo, casi perdiendo el equilibrio mientras sus pies tocaban el concreto.
— Tienes suerte de que te ame ____. Yo no haría esta mierda por nadie más— Jey se quejo sacudiéndose la camisa.
Justin salto, cerrando la ventana en un rápido movimiento. — Por aquí —dijo él guiándonos por la oscuridad.

Pasillo tras pasillo, tome la mano de Justin sintiendo a Jey apretar la tela de mi camisa. Podía escuchar pequeños fragmentos de grava raspar el hormigón, y yo me arrastraba por el suelo. Abrí mucho mis ojos tratando de adaptarlos a la oscuridad del sótano, pero no había ninguna luz para ayudarlos. Jey suspiro después de la tercera vuelta
— Nunca encontraremos una forma de salir de aquí.
— Solo sígueme al salir, estarás bien— dijo Justin irritado antes las quejas de Jey, a medida de que el pasillo iba iluminándose yo sabía que estaba cerca cuando el rugido de la multitud llego con un tono febril de número y nombre, sabía que habíamos llegado. El salón donde Justin esperaba ser llamado, normalmente solo tenía una linterna y una silla, pero con las renovaciones, estaba lleno de sillas, escritorios y equipo al azar cubiertos con sabanas blancas. Justin y Jey discutieron estrategias para la pelea mientras yo me asome afuera. Era tan llena y caótica como en la última lucha, pero sin menos espacio. Muebles cubiertos con sabanas polvorientas alineadas al final de la pared, empujadas a un lado para hacer espacio a los espectadores. La habitación estaba más oscura de lo normal, supuse que Tony no quería llamar la atención sobre nuestro paradero. Linternas colgadas del techo, creando un resplandor oscuro, mientras las apuestas en efectivo aun se celebraban.
— ¿Pigeon, me escuchaste?— Justin dijo, tocando mi brazo.
— ¿Qué?— dije parpadeando
— Quiero que te pares cerca de esta puerta, ¿de acuerdo? Mantente agarrada del brazo de Jey todo el tiempo.
— No me moveré, lo prometo.
Justin sonrió, su hoyuelo perfecto hundiéndose. — Ahora tú pareces nerviosa.
Di un vistazo de la puerta a él
— No tengo un buen presentimiento sobre esto, Justin. No sobre las peleas pero…algo. Este lugar me asusta.

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