Deshice mi coleta y deje mi larga melena suelta. Salí con muchísima timidez, mirando el suelo. Me alegre de haber dejado el pelo suelto, así taparía el rojizo de mis mejillas. Sentía su mirada clavada en mi cuerpo y eso me ponía más nerviosa.

La habitación tenía las paredes blancas y los muebles negros. Sobre la cama había una gran foto de un niño pequeño, Justin sonrió al ver la foto.           

-          ¿Es Jackson? – pregunte
-          Si… - Justin tenía una gran sonrisa, se notaba que estaba orgulloso de su pequeño.
-          Es bastante guapo, se parece a ti mucho
-          Es el niño más guapo del mundo, según él – Justin sonrió tristemente
-          Que tierno, me gustaría conocerlo
-          Te aseguro que lo conocerás pronto
-          Ojala no sea igual que su padre
-          ¿Por qué? – me pregunto ofendido
-          Es broma sexy boy
-          Que graciosa. Oye es mi habitación, espero que no te moleste, es que en la que se supone que será la tuya, tienen que traer la cama, lo siento.
-          No pasa nada sexy boy
-          Yo dormiré en el sofá, cualquier cosa ya sabes princesita
-          Justin no puedes dormir en el sofá, es demasiado pequeño
-          No tranquila, yo… – se paso la mano por el pelo  despeinándoselo y después suspiro – intentare dormir en el.
-          Justin no seas tonto la cama es grande
-          No quiero que te sientas incomoda
-          ¿Enserio tu eres el malo de mi cuento? Porque Sexy boy te veo muy tierno para ser el malo.

Justin se acerco mucho a mí, me cogió de la cintura, nuestros labios estaban separados por milímetros, metió sus manos dentro de mi camiseta y acaricio mi cintura, mientras lentamente se acerco a mi oído.

-          Es que en las películas siempre aparece el bueno rescatando a la princesa, a si que quiero vigilar la entraba por si aparece tu príncipe, que sepas que si aparece no tendré piedad, eres MIA.

Salió de la habitación dejándome hay parada, en medio de la habitación sin poder creérmelo.  Y con demasiadas ganas de besarlo.

-          ¡Despierta! – Note a alguien saltando en la cama

Abrí mis ojos y me encontré con un niño precioso, debía reconocer que se parecía mucho a Justin. Tenía los mismos rasgos, sus mismos ojos miel y su mismo color de pelo.

-          Vaya, vaya, tú debes de ser Jackson, ¿no?
-          ¿Eres maga? – el pequeño me miro sorprendido, no pude evitar reírme.
-          Tu papa me hablado de ti
-          ¿Eres su novia?
-          No pequeño, solo soy su compañera de piso
-          ¿Seguro? Llevas su ropa y duermes en su cama, eso lo hacen solo los papas - Agradecí que en ese momento entrara Justin
-          Enano déjala, princesita vístete Lisa esta fuera, no quiero que te vea así.

Si gracias Justin estoy mejor, dormí bien, gracias por preguntar eh… ****a – pensé en ese momento.

Entre al lavabo de mala gana, ¿Por qué me ponía así? Conocía esa sensación y sabia que no era buena sentirla, porque entonces quería decir que yo… Oh no.

Sacudí mi mente, me estaba precipitando. Me saque la camiseta de Justin quedando solo con mi ropa interior negra, me mire al espejo, ¿me estaba enamorando de Justin? No eso no podía pasar lo conocía desde hace muy poco. Pero por otra parte se porta tan bien conmigo.

¡Basta! – grite en mi cabeza.

Me mire al espejo, comencé a maquillarme, un poco de rubor en las mejillas, delinee mis ojos de negro, un poco de rímel y mi perfume favorito. Me mire al espejo comprobando mi ropa y mi maquillaje.

Detrás de mí por el espejo pude ver a Justin. Estaba apoyado en el marco de la puerta, tenía una sonrisa burlona en la cara.

-          ¿Por qué me miras así?
-          ¿Ahora no puedo mirarte? – se acerco hasta mí y me abrazo por detrás – Estas preciosa princesita - me dio un lento beso en la mejilla
-          Gracias sexy boy – No pude evitar sonrojarme
-          ¿Almorzamos?
-          Vamos

Me pare en seco en medio del pasillo, había una chica, y por cómo era físicamente encajo a la perfección con la descripción de Lisa.  Era preciosa no podía negarlo, me sentí un poco mal, yo sobraba hay en ese momento. Justin ayudaba a Lisa a hacer el desayuno, mientras Jackson los observaba con una sonrisa. Parecían felices, sobretodo Justin. Parecían una familia...