Capitulo 14

By Unknown - 19:26




Unos días después…

Por fin conseguí mi habitación, con la ayuda de Justin y Jackson, conseguimos terminar la que sería mi habitación por un tiempo.  La decore en tonos marrones y blancos, en una de las paredes la decore con la silueta de troncos de árboles. La cama tenía un toque antigua en color chocolate, las sabanas blancas contrastaban con el color chocolate del cabezal. Quedando algo así.

Estaba sentada en el sofá mientras veía una película, durante estos días llegaba agotada del trabajo, sin ganas de hacer nada. Mire el reloj, hacia una hora que Jackson se había ido, desde que Lisa se lo llevo, Justin se encerró en su habitación con una botella de Whisky, desde entonces no da señales de vida.

Eran las nueve de la noche y Justin seguía sin salir de su habitación así que decidí ver si estaba bien. Di dos golpes suaves en la puerta, pero nadie contesto. Abrí la puerta y me encontré a Justin tirado en el suelo al lado de su cama, con la foto de Jackson en una de sus manos y en la otra la botella. Sus ojos estaban hinchados y muy rojos, sus mejillas mojadas por las lagrimas. Al ver así a Justin sentí un fuerte dolor en el pecho.

-          Justin, ¿estás bien? – seque sus mejillas con mis manos.

Que pregunta más ****a, ¿no ves que esta borracho y llorando? – pensé.

-          No me toques…
-          Pero Just… - no me dejo terminar
-          ¡Que no me toques! – me grito, esta tan cerca, tan cerca de mí, pero esta vez solo sentía miedo, nunca había visto a Justin así.
-          Just tranquilo vamos te preparo un café y te relajas…

Entonces recordé lo que una vez mi amiga Isa me enseño “Nunca intentes hacer entrar en razón a alguien borracho y más si esta triste, solo únete a él, para que el dolor sea menor”

Salí de esa habitación, cogí la primera botella de alcohol que encontré en la cocina y dos vasos. Cuando estaba frente a Justin pensé “Que sea lo que Dios quiera…”

-          ¿Qué haces? – me pregunto curioso
-          Diga lo que te diga no me vas a hacer caso así que – le di un vaso y lo llene – bebamos
-          No necesito compañía…
-          No me importa si quieres o no de todos modos pienso quedarme aquí

El silencio se hizo en aquella habitación, mire a Justin, se le veía realmente mal y eso me estaba matando. Estos últimos días me había dado cuenta de que en mi interior estaban creciendo sentimientos hacia Justin y no sabía si eso sería bueno o malo. Con cada roce, cada palabra o cada acercamiento sentía como me derretía por dentro.

Di un largo trago a mi baso. No era muy aficionada a beber, las pocas veces que lo había hecho había acabado muy mal, pero en este momento lo necesitaba. Y ese yo también tenía mis motivos para sentarme con una botella en la mano y emborracharme hasta perder el conocimiento. La pelea con mis padres, las ganas de formar una familia y el trabajo, bueno y también estaba mis sentimientos hacia Justin…

Sacudí mi mente y di otro trago a mi baso. Sentía la mirada de Justin sobre mí, me miraba confundido.

-          ¿Por qué lloras? – Me toque mis mejillas y estaban húmedas, efectivamente me había encerrado tanto en mi mundo que ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando.
-          Déjalo Justin, solo ponme otro baso – Justin lleno los dos vasos el suyo y el mío.

Eran las 12 de la noche y los dos seguíamos bebiendo como se fuera la última vez que lo haríamos. No sé si fue por el alcohol o por lo que sentíamos el uno por el otro, a los dos nos dio un ataque de sinceridad.

-          ¿Sabes? Hasta que no te conocí, creía que aun seguía loco por Lisa, pero llegas un día y lo cambias todo.
-          ¿A qué te refieres? – en ese momento me pregunte ¿Cuándo pase a estar sentada sobre Justin?
-          Pues que has cambiado mi vida – acariciaba mi mejilla – haces que me vuelva loco, que sea diferente, y la verdad es que no te conozco lo suficiente. Princesita no sé lo que me has hecho…
-          A mí me pasa lo mismo – Nos acercamos mas hasta que nuestros pechos se rozaron y nuestros labios quedaran a muy poca distancia – el otro día mientras almorzábamos, me di cuenta de que me gustaría tener una familia, un hijo como Jackson y un hombre como tú.
-          Cariño quita el “como” en tu frase, no necesitas a un hombre como yo, me puedes tener a mi.

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