Chapter {29} maratón 3/5

By Unknown - 15:55



Vestido

Estaba en mi habitación arreglándome. Justin iba a llevarme a cenar, aunque aún tenía un poco de miedo. No había salido de casa desde lo que había pasado. Me miré una vez más al espejo y sonreí sin fuerzas. Todo esto me estaba matando poco a poco. Suspiré y me puse mis tacones. Me miré fugazmente una vez más, mirando mi maquillaje. Todo perfecto. Ni siquiera cogí mi móvil. Si mi madre necesitaba localizarme que llamara al de Justin. Salí de mi habitación y lo que vi me sorprendió. Había un camino de rosas que iba desde mi habitación hasta la puerta de casa, que estaba abierta. 

- ¿Que es esto? - sonreí. Mi madre se asomó por el salón, con mi hermano. 

- Solo sigue el camino, cariño - sonrió mi madre. Pisé las rosas intentando no resbalarme. Pero decidí quitármelos cuando me resbalé la primera vez. Sentí el tacto de las rosas bajo mis pies y sonreí. Cuando salí de casa me di cuenta de que el camino seguía hacia la casa de Justin. En la puerta había una nota, la cogí. 

" Aquí es donde nos conocimos" sonreí. Llamé al timbre como lo había hecho hace ya unos cinco años. La puerta se abrió dejando ver a Justin vestido de traje de chaqueta. 

- Dime - dijo alzando una ceja. Sonreí. 

- Emmm… me he dejado las llaves dentro y necesito un teléfono para llamar a mi madre - dije mordiendo mi labio y repitiendo el mismo dialogo que había dicho hace cinco años. 

- Oh, creo que podemos hacer algo con esto. ¿Que te parece si te invito a cenar? - me dejó entrar. Asentí y me puse mis tacones, siendo ahora más alta. La casa estaba iluminada por una tenue lampara y varias velas. Justin se puso a mi lado. - Estas preciosa - lo miré. 

- Tu también. - Justin me guió hacia el salón, donde estaba la mesa puesta. Dos velas estaban presidiendo la mesa, y una botella de champán. 

- Vaya … - murmuré asombrada. - ¿Has preparado esto tu solo? - lo miré. 

- Bueno… - se tocó la nuca - he tenido un poco de ayuda. - sonrió de lado.

- Me imagino.

- Vamos a sentarnos. - me separó la silla y me senté. Después él salió del salón dirigiéndose a la cocina. Mi corazón bombeó con impaciencia en mi pecho. Estaba nerviosa, y no sabía por qué. No era la primera vez que cenaba con Justin. Pero todo esto verdaderamente, me hacía querer llorar. Él era tan… romántico y tierno conmigo… aunque a veces tenía su lado oscuro y solo quería estrangularlo con mis propias manos. Justin trajo dos platos.

- Aqui los entrantes señorita - puso un cuenco con  fondue de queso.

- Mmmmmm … - dije lamiendo mis labios. - ¿Te han ayudado las chicas?

- La verdad es que si, estuve a punto de tirarlas una a una por la ventana de la cocina - murmuró cogiendo un trozo de pan y mojandolo en el queso fundido. Yo lo imité. 

- Ellas son buenas chicas - mastiqué.

- Si, ellas lo parecen a veces - negué con la cabeza mientras sonreía.

- ¿A que se debe esta cena?  - el me miró encontrándose mis ojos dudosos.

- ¿No puedo organizar una cena romántica para mi novia? 

- Claro que si, me ha gustado, no me lo esperaba. Nunca me espero nada de ti, Justin. Me sorprendes. - admití.

- Me gusta eso, nena. 

Después de la fondue trajo pescado, que sorprendentemente estaba muy bueno, para haberlo echo Justin y las chicas. Reí cuando Justin trajo de postres una fuente de fresas con chocolate. 

- Te acuerdas - dije viendo las fresas. Justin cogió su silla y se sentó a mi lado. 

- ¿Cómo iba a olvidarme? - sonreí. Justin cogió una fresa y me la puso en la boca para que la mordiera, cuando iba a hacerlo él se la llevo a su boca y mordió. Hice una mueca y rodé los ojos. Justin rió entre dientes. 

- No es gracioso, Bieber - Justin volvió a coger otra fresa y me la acercó a mi boca para que mordiera. Lo miré alzando una ceja y juntando mis labios en una mueca graciosa. Justin asintió y abrí mi boca lentamente y la mordí. 

- Vaya eso fue muy sexy, nena - sonrió Justin. 

- Estoy leyendo un libro de “cómo ser sexy" - sonreí satisfecha.

- Oh, no creo que necesites un estú.pido libro para ser sexy - negó con la cabeza.

- Necesité un libro para quitarme la vergüenza de estar desnuda - miré hacia abajo.

- Oh… -  Justin rió - Ya decía yo que te veía muy tranquila - me sonrojé. 

- Bueno, tuve tiempo para aprender a corregir algunas de mis inseguridades mientras estabas fueras - le sonreí con tristeza. Justin me miró intentando ver a través de mis ojos. 


- _____, he organizado esto por que quería decirte algo importante - lamió sus labios y miró hacia abajo. Mi corazón empezó a ir más rápido. La última vez que habló conmigo algo importante se fue cuatro años. Esperé pacientemente mientras que él se decidía a hablar. Justin me miró. - Cuando te conocí, me pareciste una chica increíble, feliz, un poco tímida la verdad, bueno, demasiado - sonrió - Cuando te vi parada delante de mi puerta tan.. pequeña y nerviosa - negó con la cabeza bajando la mirada - me gustaste. Y eso me asustó. Jamás pensé que me enamoraría _____. No quería pensar eso, pensé que me gustabas para pasar la noche. Pero te fui conociendo - me miró - resultaste ser una personita muy curiosa y molesta en mi vida. - sonreí. - Y a veces era desesperante. Porque no podía contarte, por que sabía que si lo hacía, te alejarías de mi. ¿Que chica en su sano juicio querría esta vida? Pero tu pasaste al siguiente nivel, haciendo que mi día se iluminara con solo sonreírme y…. simplemente no pude alejarme de ti. Dejé de engañarme a mi mismo, e intenté darte lo que tu querías, un cuento de hadas. Aunque sinceramente no lo he echo demasiado bien - mis ojos quemaban por aguantar algunas lágrimas - Cuando me dejaste por lo de Bárbara, sentí que me faltaba algo ____. - cogió mi mano.

¿Por qué me estaba diciendo esto? ¿Era una despedida?

- Y después yo… - continuó- te dejé por lo que me dijo tu padre - negó con la cabeza - Ha sido una de las cosas más estú.pidas que he hecho. Después volviste a mi, y dí gracias a Dios por eso. Cada vez que te han hecho daño, te secuestraron…pensé que después de eso… me dejarías, porque estando conmigo estabas arriesgando tu vida. Pero te quedaste - entrelazó nuestros dedos.- Me fui, y me esperaste durante cuatro años. Cuando volví a verte fue como volver cuatro años atrás. Estabas tan hermosa… - sonrió. - Cuando me dijiste que querías dejarlo… simplemente no lo podía creer - miró de nuevo a nuestras manos y lamió las labios.- Sabía que era lo mejor, pero no podía dejarte ir. No después de todo… y cuando…. estuviste a punto de morir - negó con la cabeza - no sabía que hacer - me miró. - Te quiero, pero no quiero que corras peligro por mi culpa, por mi vida. - lamí mis labios secos. - Has conseguido meterte debajo de mi piel tan rápido… que me asusta. Eres la única que me mantiene con los pies en la tierra… y vivo. Me has dado una razón por la que vivir, y bueno, a hora tengo otra - posó su mano en mi vientre. - sonreí. - Cuando me enteré que estabas embarazada… no sabía si darme un golpe con la pared y quedarme inconsciente debido a nuestro error, o salir a celebrarlo. Tendríamos un bebé y ni siquiera sabía el siguiente movimiento nuestro. Es una locura tener un bebé con nuestra vida, o mejor dicho, con la vida que te estoy dando. 

- Yo elegí esta vida.

- No, tú me elegiste a mi, y mi vida venía como suplemento. Tienes 22 años, y te han secuestrado 2 veces, te han perseguido, y has estado a punto de morir. ¿Te crees que eso es una buena vida ____? No, claro que no… - abrí mi boca para decir algo pero la cerré. - Pero simplemente no puedo dejarte ir… - suspiró. - He estado pensando esto mucho tiempo… y en España tomé la decisión. Y creo que es hora de que te la diga. - mi vientre tiraba en todas direcciones nerviosa. - Te quiero _____. Cuando te dije que quería pasar todo el resto de mi vida no mentía, y sigo pensandolo, ahora más fuerte que nunca. Pienso que esto es una idea descabellada, pero ¿Qué es normal en nuestras vidas? - sonrió de lado.

Justin con su mano libre rebuscó en el bolsillo de su chaqueta y una idea fugaz pasó por mi cabeza. No puede ser. De ahí sacó una pequeña caja negra de terciopelo. Justin sin dejando ir mi mano se levantó un poco y echó la silla aun lado. Apoyó una rodilla en el suelo. Puse una mano en mi boca cuando Justin abrió la caja y vi un anillo con un pequeño diamante en el centro. 

- Sabes que no puedo darte la mejor vida, ni siquiera puedo darte un cuento de hadas fuera de estas cuatro paredes. Pero te amo, y me gustaría pasar el resto de mi vida contigo. Me gustaría seguir escribiendo nuestro historia, pero esta vez como mi esposa, ¿Quieres casarte conmigo _____ Watson? - mordí mi labio inferior y noté como lágrimas salían de mis ojos, intenté controlarlas, pero fue inútil. 

- ____, cariño - Justin se levantó dejando la caja en la mesa, me levanté y lo abracé mientras lloraba. - No llores nena. - me pegó más a él. Justin se me había declarado, me había pedido que pasara toda mi vida con él. No podía asimilarlo. 

- Si - sollocé. Me separé de él. - Quiero casarme contigo.

- Cariño, si no quieres, o no estás segura, no tienes por qué hacerlo.

- Sí, quiero hacerlo – sonreí – Te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo – susurré. Justin sonrió abiertamente y me abrazó respirando con alivio. Después se separó de mí y volvió a coger mis mejillas entre sus manos juntando sus labios con los míos. Haciéndome sentir todo el amor que sentía por mí. Se separó de mi y cogió la caja de encima de la mesa, sacó el anillo y volvió a dejar la caja donde mismo. Tendí mi mano y el deslizó lentamente el anillo a través de mi dedo índice.


- Te amo _____ Watson – sonrió – Aunque ya pronto serás la Señora Bieber – sonreí mirando nuestras manos.

  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios