Estaba en el salón con los chicos, ya había llamado a la madre de _________ y venía de camino. Tomé un sorbo de mi café y escuché un ruido que vino del pasillo. Me levanté rápido y fui a ver. Abrí la puerta de la habitación donde estaba ________ y la vi tirada en el suelo intentando de levantarse.
- ________ - dije preocupado cogiéndola de sus brazos.
- ¡Suéltame, por favor, no me hagas nada! – lloró desconsolada intentado zafarse de mi agarre.
- Nena, nena – paré sus manos y ella me miró. Se quedó sin respirar y una lágrima salió de su ojo izquierdo. Sollozó y la abracé intentando no hacerle daño. La sujeté entre mis brazos como si fuera la última vez que la volviera a ver. Me senté en la cama y la senté en mi regazo mientras que la abrazaba y me mecía de atrás adelante. Ella sollozaba en mi pecho. – Ya ha pasado cariño, estoy aquí. – intenté calmarla, pero ella siguió llorando de dolor. Mordí mi labio inferior. – Lo siento tanto – la apreté más contra mi.
Anastasia se asomó a la habitación. Asentí sabiendo que era hora de llevarla al hospital. – Nena, vamos a vestirte, tenemos que llevarte al hospital – ella asintió. La dejé en la cama y ella se encogió. Me arrodillé frente a ella. Anastasia me dio unos pantalones de chándal y le tocó la frente a ________.
- esperaré en el coche.
- Está bien, gracias – ella asintió y salió de la habitación. Metí la mitad de las piernas de _________ dentro del pantalón, miré hacia arriba y la vi mirando a un punto fijo. Tenía ojeras debajo de sus ojos, ahora apagados, su cara estaba pálida. Junté mis labios fuertemente. Me levanté y salí al salón. – Ryan, necesito que me ayudes – dije frunciendo el ceño. Este se levantó y me acompañó a la habitación, donde _______ seguía en la misma postura. – Levántala mientras que yo le subo los pantalones. – Ryan con una mirada de dolor al ver a _______ la levantó por debajo de sus axilas. Las piernas de ________ temblaron y Ryan la rodeó por su cintura. Subí sus pantalones mientras que miraba sus piernas magulladas. Ryan la volvió a dejar en la cama.
- No merecemos esto Justin – dijo Ryan – Y menos ellas. Tenemos que acabar con esto
- Lo sé, pero ¿Qué hacemos?
- No lo sé, estoy pensando en ello, deberías detenerte a mirar las piernas de Jennifer, eso me ha espantado, y después verla a ella así – dijo mirando a _______ que seguía en su submundo. Ryan negó con la cabeza – No podemos seguir así. – salió de la habitación. Claro que no podíamos seguir así. Suspiré. Le puse una chaqueta a ________., debido a que su camiseta estaba llena de sangre. Cuando toqué a ________ para cogerla esta huyó de mí.
- _________, solo soy yo – dije intentando darle confianza. – Ya no va a pasarte nada malo, estoy aquí, estás conmigo. No voy a dejarte. Tenemos que llevarte al hospital si quieres ponerte bien. ¿Confías en mí? – ella me miró y asintió levemente. – Bien, voy a cogerte – me acerqué a ella de nuevo lentamente.
Puse uno de mis brazos debajo de su rodilla. La levanté y puse otro brazo debajo de su espalda. Ella emitió un jadeo de dolor al tocarle la espalda. Escondió su rostro en mi pecho. Salí de la habitación y todos en la habitación nos miraban. Jennifer ya estaba en el hospital desde hacía varias horas, sus padres estaban allí y ella se estaba recuperando. Salí de la casa con ________ en brazos y Erik me abrió la puerta del asiento del copiloto.
Me senté con ella aún cogida y la senté en mi regazo. Anastasia se montó en el asiento del pasajero y Erik conducía.
- _______, voy a verte la espalda, ¿vale? No voy a hacerte nada, solo quiero saber que tienes. – Ella lentamente se separó de mí, sujetándose en el asiento de adelante. Levanté lentamente su chaleco por detrás. Miré su espalda con varios cortes. Bajé su chaleco y la atraje hacia a mi mientras varias lágrimas se escapaban de mis ojos.
Había pasado una semana de todo lo ocurrido. Miré mi reflejo en el espejo. El moratón de mi pómulo ya estaba desapareciendo, y los cortes de mis cejas estaban sanando. Me vestí y fui a ver a _________. Ella no iba a clase, ni salía de casa, incluso le costaba salir de su habitación. La semana que viene ella iba a empezar a ver a un psicólogo, y es normal. No estaba bien. Salí de casa y me encontré en la puerta de _________ con Carlos.
- Hola – dijo.
- Hola – murmuré.
- Justin… - Carlos habló y la puerta se abrió dejando ver a la madre de ________.
- Oh, hola chicos, pasad – nos dejó pasar y ambos pasamos. - ________ está en su habitación – suspiró.
- Vamos a verla – dijo Carlos.
- Vale – ella asintió y se fue a la cocina.
- Gracias por traerla, Justin – dijo Carlos.
- No tienes que agradecerme nada, nunca dejaré que le pase nada – apreté mi mandíbula. Llamamos a la puerta de _________ y entramos lentamente. ___________ estaba sentada en su cama, apoyada en la pared, mirando a la nada.
- Hola ________ - dijo Carlos. Ella lo miró.
- Hey - murmuró sacudiendo la cabeza.
- ¿Cómo estás?
- Bien - sonrió a medias. Hice una mueca al ver su sonrisa falsa.
- Espero que te recuperes pronto y podamos salir a tomar algo los cuatro- Fruncí el ceño, y ______ igual.
- ¿Los cuatro? – preguntó extrañada.
- Si, he conocido a alguien… - dijo tocándose la nuca, y supe en ese momento que él estaba jodido por esa chica.
- Estás jodido – reí. _________ me miró extrañada.
- ¿Por qué está jodido? – preguntó.
- Cuando yo me enamoré de ti actuaba igual que él – lo señalé. ______ sonrió y pude ver un poco de luminosidad en sus ojos.
- Yo no estoy enamorado – dijo Carlos.
- Tío – puse una mano en su espalda – Yo decía lo mismo que tú, y aquí me tienes, enamorado hasta las trancas. – Carlos rió. Ambos nos miramos sabiendo que esto le estaba haciendo bien a ______, así que seguimos diciendo tonterías por un buen rato, hasta que _______ acabó riéndose. Sonreí cuando escuché su carcajada salir con ganas de su garganta. Miré a Carlos sonreír conmigo. Nos encontrábamos sentados los tres en el suelo, Carlos apoyado en la cama y ______ y yo en la pared mientras que yo sujetaba la mano de esta mientras que reía. Me encantaba verla así, al fin y al cabo, Carlos no era tan malo para ella, y ya que había encontrado a alguien, podría dejar de ser una amenaza para quitarme a mi chica.