Chapter ♥ {72}

By Unknown - 17:43


-     Pero, ¿Qué ha pasado?
-     Yo… ella… quiero morir – me tapé mi cara con mis manos.
-     Vamos, no pasa nada, tranquila.
-     Claro que no, he sido una estúpida. Le he pegado, pero es que la maldita se lo merecía.
-     Venga, deja de llorar, te llevaré a un lugar especial – me guiñó un ojo.
-     ¿Qué lugar? – me sequé mis lágrimas.
-     A un lugar – se encogió de hombros. Lo miré con el ceño fruncido. – Relájate – cogió mi mano - ¿Vale?
-     Está bien – sonreí débilmente. Carlos me sonrió ampliamente.
-     Quiero verte sonreír, ¿Vale pequeña? – me sonrojé y sonreí de lado. – Tienes una sonrisa preciosa. – giré la cara para ocultarme de su intensa mirada. – Bien, en marcha – arrancó el coche. Miré por la ventana, y vi a Justin en el portal, mirándonos. Miré hacia abajo. ¿Por qué me sentía tan mal? Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos, entonces recordé lo que Carlos me había dicho ¿pensaba que tenía una sonrisa preciosa? Mi estómago se revolvió de los nervios.
-     ¿Te gusta Taylor Swift? – preguntó cuando encendió la radio y su canción “22” estaba sonando.
-     Si – le sonreí. Carlos empezó a tararearla. Yo reí.
Al final nos encontramos los dos cantamos al ritmo de la canción mientras bailábamos y reíamos. Era la primera vez que reía de verdad en un mes. Me di cuenta de que esto me estaba haciendo bien. Y por un momento, olvidé todo lo relacionado con Justin.
-     Aquí es – dijo aparcando.
-     Ummm… ¿un parque? – dije bajándome del coche.
-     Si – se puso sus gafas de sol. - ¿Vamos? – me tendió su mano, la miré un segundo y la cogí.
-     ¿Por qué hemos venido aquí? – dije mientras paseábamos.
-     Bueno, podemos darle de comer a los patos, ¿quieres? – reí.
-     Les tengo miedo – admití. Él paró en seco.
-     ¿Te dan miedo los patos? Oh vamos, pero si son de lo más gracioso.
-     No, claro que no, nunca se si se van a venir a mi a atacarme o no. No sé sus movimientos, y con lo desgraciada que soy, seguro que me ataca alguno. Desde que un día me persiguió una oveja, odio los animales. – Carlos soltó una sonora carcajada.
-     ¿Una oveja?
-     Si, solo tenía seis años, y me estaba persiguiendo, así que yo corría de ella, y ella corría detrás mía. – Carlos seguía riéndose.
-     Debería de haber visto eso.
-     Pues no fue nada gracioso – hice una mueca.
Anduvimos un rato más, viendo a parejas pasear, o a familias. Hasta que llegamos a un banco y nos sentamos.
-     Me gusta este parque, no lo conocía. – me  senté mirando a él.
-     A mi también – me sonrió. – Voy a decirte algo, pero no salgas corriendo. ¿vale?
-     Mmmmm… vale – dije no muy segura.
-     Tienes un pato detrás de ti – miré hacia atrás y vi al gran pato blanco mirarme. Grité y me levanté del banco, como era de prever, el pato vino detrás mia.
-     Ayúdame Carlos, ayúdame – le grité mientras corría, y él se reía. Se levantó y corrí hacia él tirándome en sus brazos. Me cogió y lié las piernas alrededor de su cintura, intentando estar lo más alto posible para que los patos no se me acercaran.
-     Oh, venga, no te hacen nada – volvió a reir.
-     Me dan miedo, me dan miedo – mordí mi labio.
-     Ya se han ido – dijo. Miré hacia atrás y vi que se habían alejado. Suspiré aliviada y miré a Carlos, que estaba mirándome a los ojos. Miré sus labios.
Narrado por Justin
Maldije entre dientes. No podía ser, ella no podía besarse con él. Me dí la vuelta, había sido una mala idea seguirlos. Él tenía razón, debería de dejar que viviera su vida, pero no podía hacerlo. Estaba tan encadenado a ella que ni siquiera podía respirar. Tiré de los extremos de mi pelo y di una patada a un árbol cercano. 
Me di media vuelta y volví al coche. Ella se merecía a alguien mejor que yo, quizás ella pudiera vivir tranquila ahora. Apreté el volante mientras que la canción de Chris Brown I wanna be, sonaba en la radio. La apagué mientras que pensaba que todo me recordaba a ella. 
Ni siquiera podía dormir en mi cama sabiendo que ella habia estado ahí conmigo, que ella había sido mia, y que ya no lo era, por mucho que lo deseaba. Pero esto era lo mejor. Cuando Ryan me contó que Esteban le había pegado, iba a ir a matarle de no ser por que Ryan me detuvo. Ese estúpido no deberia de haberle puesto las manos encima. Cuando la vi en la puerta del cuarto de Chloe tan… destrozada, sentí mi mundo caerse. Llegué tan enfadado y decepcionado a casa que cuando Chloe se me insinuó más de lo debido, no me lo pensé dos veces.
Llegué a casa, Ryan no estaba en casa, asi que aproveché para relajarme un poco. Saqué la pequeña bolsita con un polvo blanco y lo preparé encima de la mesa. Hacia tiempo que no lo hacía, practicamente después de que casi me tirase a Barbara, pero ya me daba igual, necesitaba evadirme de este mundo, no pensar en ella. 

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