Chapter ♥ {47}

By Unknown - 14:28



La sangre se me congeló. 
- Qué pasa tío - escuché la voz de Cody. - ¿Estás bien?
- La están vigilando - murmuré apretando mis dientes. 
- ¿A quién?
- MALDITA SEA! - grité sintiendo la furia correr por mis venas. - ELLOS TIENEN CONTROLADA A __________ - le di una patada a la rueda de mi coche. - Tengo que irme - me monté en el coche. 
Escuché a Cody gritarme pero lo ignoré. 
Conducí por las vacias calles debido a que eran las 2 de la madrugada. Marqué él número de _________ rezando para que contestara, escuché cuatro pitidos y colgué. Paré en el semáforo en rojo. Marqué de nuevo su número frustrado.
- ¿Si? - escuché su voz risueña.
- Maldita sea ________ ¿Por que no cogías el teléfono? - dije alterado.
- Lo siento Justin, aqui hay mucho ruido y no me he enterado. ¿Que va mal?
- Tienes que salir de ahí.
- ¿Que? - dijo ella gritando a causa del gran bullicio que habia donde estaba. - ¡Espera! - esperé unos segundos hasta que la escuché con mejor claridad. - Ya, dime.
- Tienes que salir de ahí, llama a tu padre, vete a casa. - dije ahora más tranquilo.
- ¿Por que?
- ¡HAZ LO QUE TE DIGO! 
- ¡NO! ¡Quiero una explicacion!
- Jo.der __________ que desobediente eres, que te vayas a casa! Que no es seguro que estes ahi! - grité dandole un golpe al volante. Paré en doble fila por que o si no, tendría un accidente.
- ¡ESTAS PARANOICO! - gritó. - Hay mucha gente aquí! ¡No me va a pasar nada!
- Ese es el problema! Hay mucha gente, vuelve a casa nena, o si no, iré a buscarte y te juro por dios que te daré unos azotes. Asi que pon tu lindo trasero a salvo y ¡VETE A CASA!
- Just - la línea se cortó.
- ¿__________? - dije. - Mierda mierda mierda - tiré de los extremos de mi pelo. La volví a llamar, pero me saltaba el buzón de voz. Conducí rápido hasta casa. Subí las escaleras de dos en dos y entré en casa tirando todo a mi paso.
Mi móvil volvió a vibrar y lo saqué de mi bolsillo con la que esperanza de que fuese ___________. Otro mensaje.

” Parece que estas teniendo problemas con tu chica”

Había otra foto adjunta, donde pude ver a ________ hablando alterada por teléfono, asi que supuse que sería conmigo. Mi corazón se congeló. Ellos estaban muy cerca. ¿Y si ellos la tenían? ¿Y si le hacían algo por mi culpa? Jamás podría perdonármelo  Volví a intentar llamar a _________, pero no respondía. Empecé a caminar de un lado a otro del salón. No podía ir a por ella, a parte de que era una hora de camino, no sabía donde estaba __________. 
- Eres un estúpido Bieber - me golpeé a mi mismo.
Al cabo de unos minutos mi móvil sonó. Salté por encima del sofá para coger si móvil.
- ¿Si? - contesté agitado.
- Soy yo - escuché a ___________ susurrando.
- Dios mio - suspiré- ¿Estás bien? 
- Si.
- ¿Qué le pasó a tu móvil? ¿Donde estás?
- Se me quedó sin batería, lo siento. Y ya estoy en casa. 
Suspiré - Siento haberme puesto así, pensar que podía pasarte algo y yo no podía protegerte.
- Creo que debes relajarte - suspiró.- Por cierto, ¿Como es eso de que ibas a darme unos azotes? - la escuché reírse en voz baja. Me relajé y me reí con ella.
- Lo siento, estaba un poco alterado.
- No importa. 
- Quiero verte 
- Yo también a ti - ella suspiró - Tengo que colgar, creo que mi padre está detrás de la puerta escuchando.
- Oh, está bien. Que descanses nena.
- Igual tú, te quiero.
- Y yo a ti - colgué. Ahora que ya sabía que _________ estaba sana y salva, la cama volvia a llamarme.

El humo inundaba nuestro salón. Volví a darle una calada al porro. Retuve el humo y lo solté. Miraba mis cartas, escalera de color. El timbre interrumpió nuestra partida de poker.
Chaz fue a abrir la puerta y me quedé embobado mirando a las chicas que entraron. Entre ellas vi a Martha que me sonrió amistosamente  Los chicos se levantaron a saludar, y yo los imité. Rabia unas ocho chicas. Miré sus espectaculares cuerpos, que los hacían deseables con esos vestidos cortos ajustados que llevaban. 
Nos sentamos a terminar la partida, aunque era incapaz de concentrarme, notaba la mirada de una de las chicas sobre mi. La miré, ella llevaba una copa que Chaz le habia servido en la mano. Respiré hondo. 
- Creo que he ganado - dije dejando las cartas boca arriba sobre la mesa.
Los chicos bufaron. - Dame la pasta - tendí la mano y ellos me la dieron. - Un placer jugar con ustedes. 
- Venga vamos - dijo una de las chicas con bolsitas en sus manos.
Antes de que nos diéramos cuenta varias botellas de vodka se encontraban abiertas y casi vacías encima de la mesa, al igual que varias bolsitas de cocaína.

Esnifé y suspiré por lo bien que me sentía. Noté unas manos en mis hombros, miré hacia atrás para encontrarme con los ojos grises de Barbara. Ella se sentó en mi regazo, e imitó lo que yo había hecho antes, sujetándose el pelo, dejando que viera su cuello. Ella se giró y me sonrió.

Me echó hacia atrás en el sofá, se puso a mi lado y comenzó a besar mi cuello. Sentí la presión en mis pantalones, y ella pasó su mano haciéndome gemir. Me levanté y tiré de  ella llevándola a mi habitación, cerré el seguro y le tiré en la cama subiéndome encima de ella.

Narrado por ________


- ¿Lo has pasado bien? - me preguntó mi padre cuando llegamos a la puerta de mi casa. 

- Si - le sonreí. Él me dio las maletas y abrí la puerta del portal, le dí un abrazo. 

- Te llamaré mañana.

- Vale.

- Te quiero

- Y yo a ti - entré. Me paré en el ascensor y vi que alguien estaba bajando, así que esperé. Del ascensor salió una chica, sinceramente, preciosa, parecía que había salido de una revista de modelos.

- Hola - sonrió simpática.

- Hola - le sonreí. Ella salió y miré su cuerpo perfecto, alta, delgada. Joder, era una tía y no podía dejar de mirarla. Sacudí la cabeza y entré en el ascensor. Le di al dos y esperé a que el ascensor subiera. La puerta del ascensor se abrió. Me sobresalté cuando vi a alguien allí.

- Que susto Justin - puse la mano libre que tenía en mi pecho. Él lucía verdaderamente mal, como si no hubiera dormido en toda la noche. Salí del ascensor. - ¿Estas bien? - le pregunté. Justin sin decir una palabra me rodeó con sus brazos. Solté la maleta, que cayó a mis pies y lo abracé. 

- Te quiero - me susurro.

- Yo también - reí. - ¿Que te pasa? 

- ¿No puedo decirle Te quiero a mi novia?

- Claro que puedes - sonreí. Nos separamos. Justin cogió mi maleta.

-¿Donde ibas? - le pregunté. 

- A ningún lado - se encogió de hombros. Llegué a la puerta de casa y abrí. 

- Hola cariño - se escuchó a mi madre.

- Hola mamá - la abracé. Le dejamos sitio a Justin para que dejara la maleta en mi habitación. Ya que él insistió.

- Vaya Justin, vaya fiesta que montaron a noche - se quejó de broma mi padrastro. Miré a Justin. 

- Si bueno, mis amigos pueden ser muy escandalosos a veces - se encogió de hombros - Lo siento.

- No pasa nada hombre - le dio un pequeño golpe en el hombro - Sois adolescentes, es normal. - Salí con Justin a mi puerta. 

- ¿Por qué no te vas a dormir? Tienes una pinta horrible.

- Quiero estar contigo.

- Tendremos tiempo para estar juntos - le sonreí. - Solo duerme. 

- Solo si tú vienes conmigo. - cogió mi mano. 

- Espera - entré en casa. - Mamá - dije entrando en la cocina, donde se encontraba cocinando mientras veía la televisión. Ella me miró. - ¿Puedo salir con Justin? 

- Acabas de llegar, a penas te veo. 

- Igual no me ibas a ver - murmuré.

- ¿Que? 

- Nada, venga por favor - le sonreí. Ella suspiró. 

- Te quiero aquí a la hora de la comida. 

- Esta bien, ahora nos vemos - salí de casa donde se encontraba Justin recostado en la pared. 

- Vamos - cerré la puerta. Justin entrelazó sus dedos con los mios. Entramos en su casa, la puerta del salón estaba cerrada, y olía a alcohol y a drogas. Arrugué mi nariz. Justin cerró la puerta y me arrastró rápido hacia su habitación. Cerró la puerta y le echó el seguro. 

- Espera, voy a cambiar las sábanas - dijo quitando la colcha.

- Oh, no importa.

- Ya toca - me sonrió. Lo ayudé a poner sábanas nuevas. Me quité los pendientes, dejándolos en la mesilla de noche. Me quité la sudadera para poder estar más cómoda y la dejé encima de un cojín que había tirado en el suelo.

Me quité las converse y miré a Justin, él estaba mirandome. 

- ¿Que? - sonreí sintiéndome un poco intimidada por su mirada. Justin rodeó la cama y me acorraló en el armario. Poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza. - Se te está haciendo costumbre hacer eso - susurré. Justin sonrió de lado para después unir sus labios con los mios. Lo agarré del cuello acercandolo más a mi.

Él me cogió de mi trasero y me alzó. Entrelacé mis piernas alrededor de su cintura, Él se movió por la habitación hasta que caímos encima de la cama. Él quedando encima, sin aplastarme. Pasó una de sus manos por todo mi cuerpo, hasta llegar a una de mis piernas, levantándola y haciendo que la colocara alrededor de su cadera. Bajó sus besos a mi clavícula, eché la cabeza hacia atrás para que tuviera más espacio para mi cuello. Pasó su nariz por toda la longitud de mi cuello haciéndome suspirar.

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