Hoy no hacia tanto frio en la ciudad, al contrario, el sol brillaba más que nunca. Acabe de vestirme y me maquille. No podía dejar de sonreír como una tonta. Me puse a preparar el desayuno. El pequeño Jackson apareció en la cocina.
- Buenos días pequeño – le di un sonoro beso en la mejilla
- Buenos días princesita
- ¿Papa aun duerme?
- Si, y creo que está enamorado de la almohada
- ¿Y eso? – Estalle a carcajadas al igual que Jackson
- Pues porque le estaba dando besitos a su almohada
- Esta loco el pobre
- ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro pequeño dime - me puse detrás de él y lo abrace, le di un beso en la mejilla
- ¿Tú quieres a mi papa?
- Si – No pude evitar sonrojarme y recordar como los labios de Justin ayer noche recorrieron todo mi cuerpo
- ¿Tú no lo dejaras solito y triste, no? – pregunto tímidamente
- ¿Por qué dices eso pequeño? – Me puse frente él y me sorprendió verlo llorar.
- He visto a mi papa con muchas chicas y se le veía feliz, pero luego esas chicas se iban y dejaban a mi papa solo, triste. Un día papa me dijo que yo era el único que tenia, que nunca una chica lo iba a querer. Quiero que mi papa sea feliz, solo eso…
- Jackson yo quiero a tu papa, te prometo que no le haré daño, no se va a librar tan fácilmente de mi
No lo pude evitar, los dos llorábamos como magdalenas. Abrace fuertemente a Jackson, para ser pequeño tenía un gran corazón y era muy listo. Cuando nos separábamos Justin estaba apoyado en el marco de la puerta, pequeñas lágrimas caían por sus mejillas pero con una sonrisa en sus labios.
- ¿Papa tiene cosquillas? – susurre en la oreja del pequeño, el solo asintió - ¡A por él!
En dos segundos ya estábamos sobre Justin, los tres caímos en el sofá mientras seguíamos haciéndole cosquillas. Justin estaba sentado en medio del sofá, Jackson estaba a su lado izquierdo, de pie en el sofá mientras lo abrazaba por el cuello. Yo estaba a su otro lado tumbada en el sofá, mientras mis piernas estaban sobre su regazo, las acariciaba lentamente erizando mi piel.
- Jackson lávate las manos, vamos a desayunar – le dijo Justin al pequeño – Eres una buena mama
Me quede de piedra al oír eso. Estábamos en la cocina me apoyo contra el mármol mientras me sujetaba de las caderas y me acercaba a él. Beso mis labios tiernamente, nuestros labios se rozaban y nuestras lenguas jugaban a rozarse la una con la otra.
- Me gustaría que ella fuera mi mama…
Susurro bajito Jackson pero los dos lo escuchamos. Mi sangre se congelo, sentía como mi cuerpo se tambaleaba. Las lágrimas nublaban mis ojos. Sentía como Justin me llamaba para que racionara.
Este era mi sueño, una familia. Estruje entre mis brazos a ese pequeño. Ahora más que nunca lo amaba. Mientras la abrazaba tan sola susurraba “Te amo pequeño, te amo” una y otra vez.
¿Sabéis esos anuncios de coches en los que dentro del coche aparece una familia feliz, cantando o riendo? Pues ahora mismo los tres podríamos representar un anuncio de esos.
La canción de “Rayos de sol” sonaba en aquella emisora, Jackson y yo cantábamos como locos, mientras Justin tenia uno sonría de oreja a oreja. Justin para en un semáforo y justo entonces la canción término, Justin apago la radio y los tres a hablábamos de cualquier tontería.
Caminábamos hacia la entrada del hospital, Justin me sujetaba por la cintura y Jackson iba de mi mano. Creo que me podría acostumbrar a esto. Es más, me gustaría pasar todos los días al lado de ellos. Poco a poco se estaban convirtiendo en mi nueva familia, y eso me encantaba pero a la vez me asustaba el no saber cómo reaccionar.
